El 9 de julio de 2014 el Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) fue reconocido oficialmente como partido político por el Instituto Nacional Electoral. Hoy, a cinco años de su creación es sin duda la fuerza política más importante del país, al haber ganado la Presidencia de la República y al tener bancadas con mayorías aplastantes tanto en el Congreso de la Unión como en 20 Legislaturas locales. 

En tan solo cinco años Morena se ha convertido en un referente de la historia de los partidos políticos más exitosos a nivel nacional (seguramente también internacional), al aglutinar en su segundo proceso electoral a sectores de la población que tradicionalmente no simpatizaban con un partido de izquierda, consiguiendo 30 millones de votos.

Sin embargo, creció de manera tan acelerada que probablemente para muchos de sus integrantes ha sido difícil o de plano no se han dado cuenta que Morena dejó de ser el movimiento “chairo” de sus inicios, para convertirse en el vehículo político-electoral de la transformación que prometió su fundador y hoy presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador.  En otras palabras, es momento de pasar de ser “la esperanza de México” a ser el partido que le está cumpliendo al país.

Es tiempo para que Morena se institucionalice como partido y no se quede estancado como un movimiento de simple “fe”. Necesita consolidarse como un instituto político con reglas claras y mecanismos transparentes que no tolere tribus de intereses particulares, debe ser un partido con capacidad de organización y con una estrategia clara que le permita ganar elecciones, sin perder esos valores (no mentir, no robar y no traicionar) que lo hicieron crecer.

En este sentido y en el marco del proceso de renovación de la dirigencia nacional, Morena tiene la coyuntura perfecta para no convertirse en el PRI y el PAN que tanto criticó, tiene en sus manos la oportunidad de elegir a un líder que represente el cambio generacional de la política tradicional que tanto daño le ha hecho al país, de escoger un presidente con ideas frescas pero con la trayectoria y triunfos suficientes para llevar a cabo la primera transformación de Morena.