Sin querer ser oráculo, hace un par de días escribí sobre un probable toque de queda como el que se estaba haciendo en Texas, pero ahora para Nuevo León por el incremento de casos de COVID-19 en la zona metropolitana de Monterrey. Ayer escuché el informe que dio Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco” sobre esta situación y vi que insistió en demasía que no era un toque de queda.

Las cosas como son. No es un toque de queda pues se puede salir de casa a cosas de urgencia en los horarios establecidos. Tampoco es un toque de queda pues no habrá un soldado con un rifle apuntándonos a la cabeza para que volvamos a casa.

 

Esto se está descontrolando…

… así dice un meme ya viejo que se puede encontrar en internet y al parecer esto está pasando en Nuevo León.

¿Recuerda, si alguna vez le pasó, que sus padres lo castigaron por irse de pachanga y lo dejaron sin salir? Así parece el “horario restringido” que impusieron en Nuevo León para controlar el alza en contagios y muertes por causa del COVID-19.

Leo en la columna de Ximena Peredo del periódico El Norte una queja válida, pero creo que injustificada. Dice Peredo sobre el toque de queda light: “¿No hay otra propuesta de acción? ¿No es esto una escandalosa falta de ideas, y de gobierno?”.

 

El Juicio

Es complicado juzgar al gobierno del estado de Nuevo León cuando este tipo de soluciones son las que se dan en otros países. Hace poco escribí sobre los rebrotes y cómo los estaban controlando en otros países. En todas las estrategias hay un repliegue de las actividades que ya estaban en funciones. En Alemania, con muchos más controles, cerraron la zona donde se dio el rebrote. En Portugal decidieron cerrar y poner de nuevo en pausa el futbol profesional. En Corea del Sur suspendieron las actividades escolares de nuevo entre otras cosas. ¿Qué debió de hacer el gobierno de Nuevo León para evitar esto?

 

Siempre adelante, pero ¿era necesario?

En Nuevo León, nos “guardamos” antes que nadie. Se suspendieron las clases antes que en todo el país, fuimos los primeros en cerrar fábricas como la Cervecería Cuauhtémoc Moctezuma entre otras cosas. También fuimos los primeros en reabrir actividades y ahora somos los primeros en establecer algo parecido a un toque de queda. Dónde se equivocó el gobierno, ¿en cerrar antes o en abrir de sopetón todas las actividades? Complicado de evaluar.

 

Responsables irresponsables

Entiendo lo que quiere decir Ximena Peredo, sobre todo para las personas que sí siguieron o están siguiendo las indicaciones de la Secretaría de Salud. Dice Peredo:“Me parece obsceno que el Gobierno exija resistir más y nos amenace con sanciones si se nos ocurre caer”. Lo que le falta a Ximena es señalar la enorme irresponsabilidad de muchos regiomontanos al no saber administrar las salidas durante la pandemia. Todos esos que se fueron a los restaurantes y los comercios en estampida sin vigilar las cuestiones de higiene y distancia. Si a esto le sumamos el sector de la población que se aprovechó de las zonas grises de las recomendaciones y aumentaron el riesgo para todos. Esas reuniones en casas con “medidas higiénicas”, esas “caravanas” de felicitación para cumpleañeros donde había más contacto del necesario, esos que se casaron en templos a pesar de todas las recomendaciones y los que hicieron un evento privado de más de 200 personas donde hubo contagiados con COVID-19 que aumentaron la cifra de infectados.

 

No somos Alemania

En otros países prohibieron las reuniones de más de 5 personas, hicieron aperturas de negocios e industrias de una manera más paulatina y se podría decir que no confiaron en el sentido común de la gente. Acá se confió en el juicio de la población para administrar sus salidas con la intención de protegerse y proteger a los demás. No funcionó, habrá sido el encierro o la falta de juicio, pero en Nuevo León se tuvieron que poner restricciones para que esto no se saliera de control.

 

La verdadera responsabilidad

Dice Ximena Peredo al final de su columna: “A los Gobiernos populistas sólo les importa su proyección mediática. De manera que, según estimó, la crisis terminará en desastre y, en poco tiempo, anunciarán un toque de queda diurno. Todo o nada”. Aquí es complicado el juicio y realmente no creo que la ola de nuevos contagios sea responsabilidad del gobierno del Estado, al menos no en su totalidad. Mucho tienen que ver los gobiernos municipales que adelantaron las aperturas, los ciudadanos que, en una mezcla de desesperación con inconsciencia, salieron desbocados a las calles y a las reuniones pensando que ya no pasaba nada.

El toque de queda light o restricción de horarios de operación va para tratar de bajar las reuniones, las salidas injustificadas y todo eso que parece foco de infección. La siguiente etapa como dice Ximena, seguramente será un toque de queda diurno pues con esos cierres muchos buscaran reunirse en casas. Dice Ximena Peredo que lo del Toque de Queda es una “escandalosa falta de ideas del gobierno”, pero no he visto propuestas alternativas que ayuden a terminar con el incremento de contagios. Complicado estar en los zapatos del Bronco en este momento pues de ser un buen administrador durante las primeras etapas de la pandemia, ahora no lo parece tanto.

 

Pensar en lo que sigue

Ahora no hay que pensar en que se hubiera hecho, ahora hay que ser creativos en cómo resolver lo que pasa. Si hubiese una balanza con el peso de responsabilidad de lo que sigue en la pandemia, una parte cae en el gobierno, pero la gran mayoría de este peso cae en nosotros, seamos responsables.