Michael y Usain; Poseidón y Gea; Phelps y Bolt; Neptuno y Terra. Dioses del agua y la tierra. Estas dos deidades fueron enviadas desde el Olimpo a este planeta para romper todas las leyes existentes de la Física y demostrar que la perfección existe.

Nunca antes se había visto que dos "mortales" dominaran sus pruebas deportivas como ellos lo han hecho. El estadounidense y el jamaiquino aterrizaron en Río de Janeiro como grandes figuras y se van como leyendas. Ambos están más allá de cualquier ser humano. El legado que han dejado en la Tierra será eterno.

Uno domina las aguas, el otro domina la tierra. A uno lo dotaron de aletas, al otro de alas; porque Phelps es más que un nadador y Bolt más que un corredor. Ambos han roto las barreras de lo imposible y nos dejan una herencia histórica y deportiva nunca antes vista. Son testimonio, son leyenda, son los mejores, son dioses en la Tierra.

El país del “ordem e progresso” podrá presumir que dos dioses nadaron y pisaron su suelo y engrandecieron su historia. Si Darwin hubiera nacido 150 años después, seguramente publicaría en Facebook y Twitter una foto de estos dos "humanos" y escribiría algo así: " @CharlesDarwin: este es el mejor ejemplo de mi teoría".

De vez en cuando los dioses bajan a la Tierra en forma de seres humanos para recordarnos que siguen nuestros pasos, que nos acompañan día a día y que nos vigilan desde el firmamento. Debemos dar gracias a la vida por habernos hecho coterráneos de estos dos monstruos.

Los Juegos Olímpicos son tan magnánimos que engrandecen a los atletas, pero en el caso de Phelps y Bolt el axioma es inverso, ellos son los que engrandecen a los Juegos Olímpicos. Su legado perdurará a través del tiempo y del espacio. Su ejemplo de triunfo se recordará a lo largo de la historia. Varios de nosotros los mortales nos dejaremos conducir por su luz y por su grandeza.

Los dioses pueden estar tranquilos y dormir en paz allá arriba en el Olimpo, porque sus dos colegas han hecho un buen trabajo aquí en la Tierra. Los han representado de manera más que digna, los han personificado de manera honorable.

Pasarán muchas olimpiadas para ver algo siquiera similar. Michael Phelps y Usain Bolt no nada más tienen su lugar asegurado en la historia del deporte, lo tienen asegurado en la Historia, en el Olimpo, al lado de Zeus y Júpiter, a su derecha, donde únicamente les corresponde estar.

@cokemon