Big Bang

Cuentan los hechos, que en el 2006, con las elecciones más cuestionadas de nuestra historia, surgió cual moderno y raquítico “Big Bang” la animadversión que hoy continúa (y se magnifica) entre Felipe Calderón y Andrés Manuel López Obrador. También fue la primera muestra de que les encantan los números pequeños, pues la diferencia de votos fue tan solo fue de 0.56%. No tan pequeño como el 0.1% de crecimiento, pero pues eso: les gustan los números minúsculos y cuando son a su favor, tratan de magnificarlos.

Viaje en el tiempo

Según el gran científico Stephen Hawking, dentro de poco y basándose en las teorías de Einstein, se podrá viajar en el tiempo. Estaría tan feliz en México, pues aquí ya está pasando algo similar. Las rencillas del 2006 resurgen y adquieren nuevas dimensiones en los dimes y diretes de López Obrador y Calderón Hinojosa. Lo que no han entendido ninguno de los dos, cómo bien lo señala la Dra. Verónica Malo Guzmán en su columna de El Heraldo de México, "Leduc, entre AMLO y Calderón", es que ellos solo están disfrutando la dicha inicua de perder el tiempo. Acotaría, en lugar de vislumbrar el futuro, solo se pierden en el pasado. Verónica lo pone en los términos poéticos de Leduc: “Cuánto tiempo perdí, ¡ay! Cuánto tiempo”. Para Hawking: “el trabajo te da significado y propósito y la vida está vacía sin él”. Ergo, pónganse a trabajar. ¿Saben lo eso significa El Peje y Jelipe?

Hoyos negros

 Según internet, un hoyo negro es uno de los objetos más extraños del espacio. Ahí, la gravedad es tan fuerte que incluso la luz no puede escapar. Como la luz no puede escapar, se ve negro y se le llama hoyo negro. Sencillo, ¿no?

Para Hawking, los hoyos negros no son realmente negros, después de todo: brillan como un cuerpo caliente, y cuanto más pequeños son, más brillan. Elemental, como cualquiera lo comprende.

Algo parecido podríamos decir de la política en México, tanto de la 4T como de la propuesta del partido de Felipe. Ambos son chiquitos y no permiten que nadie brille, tampoco permiten que nadie se escape de su gravedad, se comen la luz de todos. Y eso sí, al ser pequeños, piensan que brillan y sus seguidores se deslumbran. Así de insignificante la política en nuestro país.

Lo terrible de ello es que al tratar de, con su gravedad, “desaparecer” al otro o “comérselo”, no se han dado cuenta ni de lo enano de su visión ni de lo mucho que lastiman a la nación. Cuando lo mejor sería que desde su diferente punto de gravedad sirvieran los dos cómo contrapesos y así, se pudiera tener un mejor “centro de gravedad” para México.

La poesía y la ciencia se tocan en las estrellas, en todo lo mundano y etéreo que puede ser explicado y/o puede ser embellecido, aun el correr del tiempo. Leduc y Hawking, cada uno desde su área lo demostró. Y la filosofía demuestra que en el confines oscuros de la metafísica existen la antipoesía y la anticiencia, que es lo que son y hacen los esposos de Beatriz y Margarita.

Lo que no puede ni debe ser desperdiciado, es el tiempo que tanto Calderón como López Obrador tienen para trabajar. Si quieren probar quién es mejor, ¡fácil!, que el primero logre el registro de su partido para continuar haciendo grilla formal, y que el segundo logre que México crezca al menos por arriba (aunque sea un 0.56% más) de lo que se logró en el sexenio de Calderón. De otra forma, uno y otro seguirán sin trabajar ni dar resultados.

¡Nada puede existir para siempre! 

Otra frase del gran científico británico. Ojalá sea cierto en el caso de nuestros políticos (pasados, presentes y futuros) y dejen de perder el tiempo en asuntos baladíes. Ojo, no les deseo que desaparezcan, solo pido que deje de existir la inquina entre ellos, los roces y la palabrería vacua. Necesitamos que se pongan a trabajar, a producir. A ser realmente útiles a México. De otra forma, solo están conformando más hoyos negros, por donde puede desaparecer el país.