Ha causado revuelo que dos personajes de raros apelativos, Costa Bonino y Creel, trataron de pasar la charola a grupos empresariales para apoyar la campaña de Andrés Manuel López Obrador.

Hace un tiempo Jorge Fernández preguntó ¿De qué vive AMLO? Pertinente cuestionamiento, que igual es aplicable al propio Jorge sin duda.

Pero buscar dinero en campaña en campaña parece ser una maldición en la vida de López Obrador.

El episodio de René Bejarano y Carlos Imaz recogiendo dinero del pillo de Carlos Ahumada ha quedado indeleble en la memoria colectiva de los mexicanos como una contradicción entre los dichos anticorrupción del tabasqueño y los hechos de sus colaboradores atrapados en el sospechosismo.

En opinión López Obrador sigue siendo un líder social honesto. Y sin embargo los que se dicen sus cercanos lo afectan sensiblemente ante la opinión pública con acciones baratas como ese pase de charola de Bonino y Creel.

En una campaña presidencial 6 millones de dólares no sirven para nada. Y hablando del gasto transparente y justificado que tiene que realizarse en este tipo de periodos proselitistas. Y menos en México, un país que desgraciadamente tiene que coexistir entre la pobreza y el marginalismo de muchos, con los gastos de campañas multimillonarios.

Decía mi recordado amigo Don Manuel Garza, “Chingao José Luis, en las campañas parece que la mercancía más barata es el dinero. Y a los pobres les toca apenas una gorra y una camiseta”.

Y contra lo que muchos piensan, el Meme Garza nunca fue un millonario a pesar de que vio pasar muchos millones de pesos en las campañas en las que participó de manera importante. También decía Don Manuel: “Puta madre, yo gano las elecciones y otros ganan el dinero”.

Tal parece que López Obrador debería pensar en lo que le cuesta como imagen una campañita de desprestigio de dos oscuros “cercanos” muy en serio.

El tabasqueño es hombre honesto. Pero parece descuidado con las acciones de sus gentes. Es cierto que no puede andar detrás de todos los que le rodean, que son muchos, pero si debe tener una contraloría de amigos que le ofrezcan información verdadera con respecto a esos espinosos asuntos del dinero, cuando menos en campaña.

Nunca hagas cosas buenas que parezcan malas.

Y en política parecen malísimas algunas “cosas” como un pase de charola a empresarios para apoyar una mega campaña al cuarto para las doce con una irrisoria suma, y cuando el presunto beneficiario, les está ofreciendo a los hombres del dinero combatir la corrupción, aplicarse la rendición de cuentas y no enriquecerse en los cargos públicos.