Vivimos en una época donde tenemos todo, pero no tenemos nada. Pagamos por oír música, por ver películas, por pedir la despensa, entre muchas otras cosas. Antes teníamos en casa una colección de películas (ya sea en DVD’s, o videocasetes), una colección de cd’s o casetes, un coche, la biblioteca ahora todo eso ha ido desapareciendo.

¿Se ha puesto a pensar hace cuánto no compra una película, música, un libro o pide un taxi levantando la mano? Vivimos ahora en un mundo donde si estamos en un lugar sin internet estamos totalmente “desnudos”. La gran preocupación de la sociedad es cuánto le queda de batería a su celular. Se puede decir que, si antes el abuelo te iba a heredar su colección de libros o de discos, ahora lo más que puede tener es una copia de su playlist favorito y seguirlo en Goodreads.

Tenemos la opción de tener “poseer” al menos electrónicamente, muchas cosas sin en realidad tenerlas.

Los negocios de suscripción

Sabemos de los gigantes que viven de las suscripciones como Netlfix, Spotify o Apple Music. De los servicios que nos hacen la vida fácil como Uber, UberEats, Rappi o las aplicaciones en las que te suscribes y puedes ir a diferentes lugares a hacer ejercicio ya incluido en el costo de la suscripción. Este tipo de negocios han traído beneficios colaterales a otros negocios que no hubieran tenido el éxito que ahora tienen.

Imagine todos los pequeños negocios de comida que ha crecido gracias a UberEats o Rappi. Imagine todos los pequeños estudios de ejercicio que han aparecido por el uso de una aplicación que se basa en una pequeña suscripción. Ha modificado la vida de los artistas pues pueden hacer dinero con un solo éxito sin tener que tener una colección de 10 canciones. 

Los negocios de suscripción han hecho que crezcan otros que no lo son pero que no serían tan populares si no existieran los primeros.

Los emprendedores

Muchos de los negocios basados en apps de suscripción vienen de los emprendedores. Estas personas pueden dar tener un servicio que se puede ir escalando basado en el número de suscriptores que tienen. Además, estas suscripciones les dan a los emprendedores al menos una pequeña certeza que tendrán los pagos de un suscriptor por un tiempo determinado. Esto les puede servir para poder desarrollar servicios con una base económica y un pequeño horizonte de dinero y clientes.

La economía de los usuarios

¿Se ha puesto a pensar cuánto está gastando en suscripciones? Cuando yo era más joven tenía un presupuesto determinado para comprar música. Este presupuesto contemplaba 3 o 4 cd’s de música a la quincena si había lanzamientos. Si movemos ese presupuesto a valor presente, ahora estoy gastando mucho menos dinero para oír música, estoy oyendo más y no tengo que tener un espacio destinado para mi colección de discos.

Lo mismo pasa en cuanto a libros y películas. Ahora tengo opciones más amplias y estoy gastando mucho menos dinero. 

¿Por qué en balance hay un mayor gasto? En los productos de consumo, como comida para llevar, cualquier cosa que se pueda comprar en Amazon entre muchas otras cosas ahí todos estamos gastando más. Pedir comida con dos clics o encontrar cosas que no se comprarían regularmente hacen que el balance que pudiera parecer positivo en ocasiones se haga negativo solo por la facilidad de poder comprar sin esfuerzo.

Se consume más que antes pues es más fácil gastar ahora.

Los nuevos modelos

Existen nuevos modelos de negocio donde la gente se suscribe y le envían una selección de productos basados en el giro del negocio.

Como ejemplo tenemos a BarkBox. La suscripción empieza en 22 dólares americanos. Esta compañía hace una selección de productos que son “sorpresa” y los envía mensualmente a casa. Estos productos pueden ser alimentos, juguetes, y “cosas para consentir a tu perro”. Hay otras que mandan una selección de snacks de Japón bebidas, galletas y dulces japoneses seleccionados por los dueños del negocio.

En este tipo de suscripciones dejamos que “nos sorprendan” seleccionado productos. De cierta manera puede servir para probar algo que no hubiéramos comprado, pero en otros casos puede ser una manera de comprar por comprar. Todo depende del cristal con el que se mire.

Ahora te suscribes a un coche

La compañía Volvo en Alemania lanzó una campaña donde la compañía dice “no compres el coche, suscríbete”. Los consumidores pagan una cuota que incluye el coche, los mantenimientos y un servicio de concierge. Toda esta suscripción se puede hacer por medio de una aplicación móvil.

Las ventajas de un servicio de suscripción en la época de la información

Netflix sabe qué veo, Kindle sabe qué leo, Spotify sabe qué oigo, Amazon sabe qué compro. Con toda esa información todas las compañías pueden hacer estudios y análisis más a la medida que los negocios tradicionales. Oxxo sabe qué vende, pero no sabe quién lo compra. Los otros negocios saben exactamente qué, cuándo y cómo sus suscriptores usan sus servicios. En la era de la información esto puede servir para desarrollar muchas cosas que tienen mucho mayor probabilidad de éxito que de la manera tradicional. 

Mayor consumo, mejores ventas y más clientes satisfechos. La economía de la suscripción es definitivamente una nueva manera de hacer ventas y esto está cambiando la manera de compra de muchos consumidores.