El bienestar, constructo que contempla un crecimiento inclusivo y equitativo mediante una justa redistribución del ingreso y un aumento de los beneficios y prestaciones sociales, ha sido considerado por los mandatarios de varios países para medir el crecimiento.

En esa tendencia, México está ahora en sintonía con naciones como Nueva Zelanda y Finlandia, que se han negado a considerar únicamente la medición económica del PIB, centrado en la producción e indiferente a la distribución del ingreso y la calidad de vida. Una de las alternativas a ese indicador es la medición del crecimiento en términos de desarrollo y bienestar.

Lo anterior hace más relevante el mensaje del presidente de México en su reciente visita a Estados Unidos, al destacar en voz alta algunos de los más importantes principios de la Cuarta Transformación.

 

1.- La 4T y los derechos de los trabajadores en tierras del tío Sam

En el país neoliberal por excelencia, el mandatario mexicano toma el micrófono para subrayar una de las novedades más importantes del nuevo tratado de libre comercio entre nuestro país, Estados Unidos y Canadá, el T-MEC: la inclusión de los derechos de los trabajadores, concretamente la procuración de “condiciones salariales y laborales justas”.

Para no dar lugar a dudas, amplió y precisó: “No olvidemos que la participación en los procesos productivos es igual de importante que el papel de las empresas. De poco serviría tener capital y tecnología si no se cuenta con buenos obreros que se destaquen por su imaginación, su talento y su mística de trabajo”.

Ubicado sin concesiones en el pensamiento progresista, recalcó el equilibrio que debe haber en los beneficios otorgados a las empresas y a los trabajadores, pero, sobre todo, dignificó la vocación del estos últimos como fuerza esencial para la generación de capital y tecnología.

El nuevo tratado contempla el establecimiento de defensorías de derechos laborales en los consulados de México en Estados Unidos y Canadá, con el fin de detectar violaciones, abusos y discriminación contra los trabajadores mexicanos, independientemente de su situación migratoria. Y para dejar claro el perfil de los migrantes, enfatizó: “Se trata de una comunidad de gente buena y trabajadora que vino a ganarse la vida de manera honrada y que mucho ha aportado al desarrollo de esta gran nación”.

Y en esa relación de dos vías, no quiso dejar de mencionar a los más de un millón y medio de estadounidenses que viven en México.

 

2.- La 4T y el desarrollo sustentable en tierras de Sam

La soberanía alimentaria y la autosuficiencia energética y de otros productos e insumos, propósitos centrales de la 4T, se extienden al tratado y son señaladas por el presidente en su discurso:

“El Tratado es una gran opción para producir, crear empleos y fomentar el comercio sin necesidad de ir tan lejos de nuestros hogares, ciudades, estados y naciones. En otras palabras, los volúmenes de importaciones que realizan nuestros países del resto del mundo, pueden producirse en América del Norte, con menores costos de transporte, con proveedores confiables para las empresas y con la utilización de fuerza de trabajo de la región”.

Abonando en el tema de la sustentabilidad, destacó también los beneficios que esta política depara en términos de producir más mercancías en América del Norte de “elevado contenido regional”, “con menores costos de transporte, con proveedores confiables para las empresas y con la utilización de fuerza de trabajo de la región”. Justamente como es la tendencia en nuestro país.

 

3.- La 4T y el papel de la historia en tierras del tío Sam

Meses antes de su viaje a Estados Unidos, en una de sus conferencias matutinas el presidente expresó:

“Me ayuda mucho el conocimiento de la historia. Cómo han sido las relaciones de México, históricamente, con otros países del mundo, y en particular cómo ha sido la relación de México con Estados Unidos desde los momentos más difíciles, los agravios mayores, el gran ‘sarpazo’, hasta tiempos de cooperación y de entendimiento como los que se dieron en la época del presidente Lincoln y del presidente Juárez, y el entendimiento del presidente Roosevelt con el presidente Cárdenas”.

Sin dejar de hacer hincapié en los agravios (“hay agravios que todavía no se olvidan”) rememoró en su discurso algunos de los momentos históricos más significativos que ejemplifican el entendimiento entre ambas naciones, con el fin de mostrar que es posible construir una relación de respeto y armonía:

“La historia nos enseña que es posible entendernos sin prepotencias o extremismos”, privilegiando “el entendimiento, lo que nos une” y haciendo a un lado o resolviendo con diálogo y respeto mutuo las diferencias.

 

4.- La 4T y sus principios en política exterior en tierras del tío Sam

La cautela diplomática, la autodeterminación de los pueblos, la no intervención, la solución pacífica de controversias, la cooperación para el desarrollo, la búsqueda de la paz, la defensa de los derechos humanos, la protección del medio ambiente, el respeto a los derechos de los migrantes y la amistad, todos esos valores impresos en el proyecto de nación de la Cuarta Transformación, fueron practicados o mencionados en el discurso del presidente mexicano.

 

¿Los resultados inmediatos?

a) La iniciativa de la Casa Blanca para la prosperidad hispana, que impulsará el acceso de los latinos a mayores oportunidades económicas y educativas, y

b) la orden ejecutiva que aprobaría una reforma migratoria para, entre otros objetivos, crear una vía para que los “dreamers” (jóvenes que migraron a Estados Unidos desde niños) obtengan su ciudadanía.

¿Qué son promesas, que se trata de iniciativas en el papel, que Trump puede cambiar de opinión de un momento a otro, que son propuestas para conseguir el voto hispano en la próxima contienda electoral? Supongamos que todo eso es cierto, pero a la vez preguntémonos:

¿Será capaz Trump de romper con los buenos deseos que externó su homólogo mexicano en las siguientes frases?:

“Considero que hacia el futuro no habrá motivo ni necesidad de romper nuestras buenas relaciones políticas ni la amistad entre nuestros gobiernos”.

“… agradecerle al pueblo de Estados Unidos, a su gobierno y a usted, presidente Trump, por ser cada vez más respetuosos con nuestros paisanos mexicanos”.

“En vez de la Doctrina Monroe, usted ha seguido, en nuestro caso, el sabio consejo del ilustre y prudente George Washington, quien advertía que ‘las naciones no deben aprovecharse del infortunio de otros pueblos’”.

Ahora, supongamos que algunas de esas determinaciones realmente se cumplen. Si el presidente Trump no traiciona la confianza de AMLO, se dará un salto favorable en la historia y la suerte de los migrantes en Estados Unidos, y entonces la presencia de la 4T en ese país y el grito de tres ¡Viva México! serán recordados en los libros.