Campeche

En los eventos del día de ayer, sábado, donde participó Andrés Manuel y el gobernador Alejandro Moreno, Alito, se oyeron tanto porras como abucheos destinados al mandatario estatal.

En diversos medios “escucharon” estos segundos como si provinieran de Morena, al igual que ha sucedido en otras entidades del país con sus ejecutivos locales. Pero, un momento...

Lo cierto es que si bien fueron grupos infiltrados, se trató de una copia de los morenistas. Y no hay nada peor que una mala copia; de esas que a leguas se detecta que finge ser la original.

Me explico: de todos es sabido que Alejandro Moreno está buscando la presidencia del PRI nacional. Tal vez se inmole en su intento de salvar al expartidazo. Quizá él si ve a los priistas que aún quedan, y los cree suficientes para reconstruir un PRI diferente al resultante del desaguisado de EPN. ¿Misión imposible? Se verá.

No nos confundamos

Total, que las personas que abuchearon a Alito no fueron simpatizantes de Morena; fueron algunos de los propios acarreados priistas —las fuentes mejor informadas aseguran  que patrocinados desde el otro extremo del país: Sonora—, que no quieren que el campechano llegue a dirigir al PRI. ¡Vaya forma burda y barata de enseñar su oposición!

Siempre es válido disentir —en grupos amplios y reducidos, aun en medios de comunicación—, pero dando la cara, explicando motivos, sin pertrecharse en rechiflas sin razón.

Como dijo el gobernador de Campeche: “la política no se construye a gritos y a sombrerazos; sí con consensos y trabajo permanente”. Si no lo entienden e insisten en destrozarse internamente, se podrá decir que al PRI no lo terminó de enterrar el triunfo de Morena, sino aquellos que no quieren una limpia contienda para elegir al nuevo dirigente nacional del PRI.