En El Universal, Héctor de Mauleón hace un análisis objetivo de la crisis ambiental en la Ciudad de México: se han reportado, en pocos días, casi 400 incendios en la Ciudad de México y en los estados vecinos; las temperaturas han sido muy altas; el viento no ha aparecido… Ello explica el problema y hace entendible el gigantesco rompecabezas que Sheinbaum debe armar para superar la emergencia. Pero...

La falta de objetividad del periodista de El Universal aparece cuando mezcla el tema ambiental con la violencia en la capital mexicana, que evidentemente se agravó en el gobierno anterior. En efecto, Miguel Ángel Mancera, que parecía el mejor calificado para mantener en paz a la capital mexicana, todo lo echó a perder al final de su periodo por sus veleidades políticas. Heredó el señor Mancera un desastre a la actual jefa de gobierno. ¿No es capaz de verlo el columnista De Mauleón?

Lo sensato sería decir que le costará mucho trabajo a la señora Sheinbaum corregir todo lo que se descompuso en materia de seguridad en la Ciudad de México—que en eso, y tal vez solo en eso, ni hablar, Marcelo Ebrard dejó en un orden envidiado en todo el país. No parece haber nadie capaz de admitirlo. Ayer, Pablo Hiriart decía en El Financiero que ve a la Ciudad de México “en caída libre”. Ni una palabra de contexto del columnista relacionada con el gobierno anterior, que fue el que generó el infierno de sangre y muerte que hoy aterra a los capitalinos.

En las mismas, Carlos Puig, de Milenio: se burla de Sheinbaum por el único pecado de tratar de diagnosticar con rigor el problema de la contaminación excesiva. Es el tono de Gil Gamés (Rafael Pérez Gay), quien en ese periódico califica de “irremediable” a la Ciudad de México. Son malos análisis, pero lastiman y distraen a quienes están obligados a trabajar para solucionar los problemas.

Inclusive en La Jornada es muy fuerte la crítica a Sheinbaum. Creo que hoy se pasaron con la jefa de gobierno los señores Hernández, Helguera y El Fisgón. Es difícil en una caricatura, pero no imposible, explicar el origen del humo que se respira en la capital o la causa de la violencia; el hecho es que los moneros no lo hicieron. Valdría la pena que lo intentaran porque no vale la pena herir tanto a una figura fundamental en el proyecto de cambio político encabezado por el presidente López Obrador que ellos —Hernández, Helguera y El Fisgón— evidentemente piensan que es lo mejor que ha pasado en la política de México.

Salvador Camerena en El Financiero asegura que Claudia Sheinbaum está perdida, que no comunica, que no es la líder que necesitan los capitalinos. Y Marcela Gomez Zalce, quien trabajó en el gobierno de Ebrard y en el de Mancera —esto es, con un gobernante capitalino más o menos eficaz y con otro que naufragó, a pesar de lo mucho que prometía—, de plano y creo que con excesiva irresponsabilidad habla en Milenio de la “absoluta incapacidad del gabinete local y de la jefa de gobierno para encarar la magnitud del problema”.

En El Heraldo de México, Martha Anaya es durísima con Claudia Sheinbaum: “No ha mostrado ni personalidad, ni presencia. Su voz no trasciende, no permea. Luce fría, impermeable —malhumorada, en ocasiones— ante cualquier suceso”.  Y Sara y Agripina en SDP Noticias y Sergio Sarmiento en Reforma de plano piden algo imposible en México o que de llevarlo a la práctica tendría un costo político y social enorme: que se prohiba la marcha de hoy 15 de mayo de la CNTE. Esta organización cometerá un crimen ambiental si entorpece el tráfico, sus dirigentes tendrían que ser inteligentes y abstenerse de hacerlo para no seguir perdiendo simpatías entre los capitalinos. Pero de ellos, y solo de ellos depende ser racionales. Sheinbaum no puede hacer nada excepto pedirles, y por favor, que no marchen en las calles capitalinas.

Raymundo Riva Palacio, en El Financiero, sostiene que Sheinbaum castiga a los pobres ¡solo por querer poner orden en lo relacionado con la construcción de edificios en la capital! ¿Es en serio? ¿Son los pobres los que se enriquecen con los desarrollos inmobiliarios que tanto han contribuido al caos en la Ciudad de México?

Las cosas se le han complicado a la jefa de gobierno. Paga culpas de otro gobierno en el tema de la seguridad y, de plano, no es la responsable de los incendios ni de la falta de vientos ni, tampoco, del calor. Merece más apoyo del que se le ha dado, pero así es la política: cruel con quienes están al frente. Llegó la hora de que Claudia Sheinbaum demuestre de qué está hecha y ponga orden en medio de la incomprensión generalizada. Confío en que lo logrará.