Con la renuncia de Luis Videgaray a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), la dependencia del Gobierno Federal, perdió credibilidad y se debilitó ante la opinión pública mexicana.

El presidente Enrique Peña Nieto, nombró al Ex Secretario de Desarrollo Social, José Antonio Meade, como nuevo titular de Hacienda, quizá por su perfil académico y por la experiencia adquirida en ese mismo cargo durante el sexenio del panista Felipe Calderón.

En estas semanas en las que ha estado al frente de la SHCP, Meade ha pasado con más pena que gloria. Cierto, hay que decirlo, es un político gris y sin carisma, no tiene la presencia que se necesita para estar al frente de una de las dependencias que guarda un carácter neurálgico en la administración pública federal.

Quienes ven en Meade, en un candidato emergente del PRI a la presidencia de la República en el 2018, se equivocan rotundamente. Nada podría hacer ante Andrés Manuel López Obrador, Miguel Ángel Mancera y Margarita Zavala.

A Meade le ha faltado una definición ideológica propia, no tiene discurso, no marca agenda y su personalidad no ayuda para ganar una elección presidencial. Nadie en su sano juicio, ni siquiera los priistas, votarían por un tipo de tan bajo perfil como el titular de la SHCP.

Sus recientes declaraciones fueron infortunadas, al afirmar que la economía mexicana se encuentra estable y que en nada afecta el incremento del dólar, que llegó ya a $20.00 pesos, a los bolsillos mexicanos.

Le guste o no al señor Meade, sus datos y cifras maquilladas, distan mucho de la realidad. Sus declaraciones no se la cree ni un niño de primaria. Es más que evidente, que la gran mayoría de los habitantes de este país, viven en condiciones de pobreza y con una situación económica que contrasta con los lujos del Gabinete presidencial.

A Meade quizá no le afecte el incremento del dólar, pero a la inmensa mayoría de la población sí. El precio de la gasolina cada mes sube más y con ello se disparan los costos de los alimentos, la luz también ha aumentado y la gente no encuentra empleos bien pagados.

Tristemente la propuesta del Paquete Económico presentado al Congreso por el Gobierno Federal, está diseñado para aumentar la pobreza, menor educación pública, pésimos servicios de salud, altos índices de desempleo, y en consecuencia, una desigualdad más marcada.