Para ser franco he de confesar que toda creencia en santos y anexos me causa escozor, realmente es algo que no se me da, sin embargo respeto que el resto de las personas crean. 

Como científico social y como trabajador de una penitenciaría observar este tipo de creencias se torna un hecho interesante. 

La adoración al “Santo de las causas imposibles” o a la “Niña blanca”, la “Señora guapa”, la “Santísima”, es un fenómeno que ha ido en crecimiento. 

Dentro de los parámetros de la iglesia la adoración a San Judas es correcta, pero el dela SantaMuertees inaceptable. ¿Cómo se ve esta creencia en la sociedad? 

Se dice que la adoración a estos dos “Santos” se da en estratos de población bajos, muchos de los “adoradores” son identificados como Chakas (pantalón entubado, tennis Jordan, camisas Abercrombie o Aeropostale, no importa que sean piratas), algunos de ellos zombies del activo (Humberto Padgett dixit).

 Cada 28 de mes hay quienes dicen que es el Chakaday, pero el 28 de Octubre  es el Chakafest, una peregrinación desde diversos puntos para festejar en su día a San Juditas. 

Ante el movimiento de estas personas o “grupos”, surge la pregunta: ¿cuál es el sentido de esa movilidad? 

Jóvenes apáticos, desideologizados, presas fáciles del mercado de consumo y de los mass media, que por un momento manifiestan una filiación en algo, más allá de la mona. 

¿Qué buscan, o encuentran, creyendo en San Judas Tadeo? ¿Qué buscan, o encuentran, creyendo enla SantaMuerte? 

Ambos “personajes” vistos como emersiones de un submundo: el de la miseria hasta el de la criminalidad. 

En los exámenes de confianza del gobierno una pregunta va encaminada en ese sentido: ¿cree usted en San Judas ola SantaMuerte? 

¿Por qué tendría que haber algún problema con la creencia? 

Para diversos especialistas, “estudiosos” del comportamiento humano, en especial aquellos que se enfocan en las conductas desviadas, estas creencias son la antesala del comportamiento “antisocial”, situaciones de riesgo que harán proclive al sujeto a verse inmerso en acciones transgresoras. 

Pero más allá del prejuicio social es donde se pueden encontrar aproximaciones más cercanas para entender estas circunstancias.

San Judas Tadeo quizá venga a llenar el lugar de la falta. 

Posición subjetiva del creyente que encuentra orden dentro del caos. El mandato de una “ley divina” que le da estructura al sujeto, colocándolo en un sentido social, pero también parental. Llena el hueco de la ley paterna, por lo que muchos de sus adoradores pueden ser gente para la que solo hay una ley: la suya; pero que bajo esta creencia intentan amarrarse, sin conocimiento de ello, a una lógica social. 

Muchos dicen que es moda, pero dentro de la moda también se le encuentra sentido a la vida. 

En el otro caso, el dela SantaMuerte, desde mi punto de vista, se encuentra una cuestión más de fondo que de forma, ya que su adoración puede ser el retorno de una creencia precolombina. 

Sí, la creencia en la muerte. Pueblos adoradores que le edificaban altares, que la festejaban. No es extraño que esa creencia emerja desde las entrañas de las clases marginadas, siempre criminalizadas y olvidadas. 

Si la vida es un pobre consuelo, la muerte puede ser una esperanza. Amar aquello que inherentemente es parte de la vida. “La muerte no me hizo nada… a mí me mató la vida”, dice Fernando Rivera Calderón. 

Ante la imposibilidad de eliminar esta creencia se estigmatiza al creyente, la iglesia impone su veto, como referente claro de colonización y su proclividad autoritaria, prohíbe y censura lo diferente. Gesto nítido de la biocracia. 

No solo ellos, sino muchos, edifican un prejuicio en torno a lo que otros creen y adoran. Estigmatizamos. 

No encontramos respuestas, porque ni siquiera se buscan, simplemente se crea toda una barrera, la cual muestra nuestra ignorancia. 

Pasa lo mismo con “Malverde” o “San Nazario”, el ex miembro de la FamiliaMichoacana, al cual le construyeron un santo. http://www.sdpnoticias.com/estados/2012/07/10/un-santo-mas-a-la-narcocultura-san-nazario 

¿Por qué esas creencias? 

No lo sabemos, no lo entendemos, pero siempre estigmatizamos.