Por enésima ocasión se ha pronunciado una nueva fecha para la puesta en marcha de la polémica e interminable Línea Tres del Tren Eléctrico Urbano de Guadalajara. Esta vez ha sido el secretario de Comunicaciones y Transportes (SCT), Javier Jiménez Espriú, quien confió que a partir de abril comenzará a prestar el servicio este medio de transporte que en su historial cuenta desde el rechazo a partir de su anuncio, pasando por retrasos, sobreprecios, demandas de vecinos por afectaciones a sus viviendas, una clausura, así como múltiples quejas de ambientalistas, y cuyo costo final alcanzó los 31 mil 500 millones de pesos.
Habrá que recordar que esta importante obra a la que el presidente Enrique Peña Nieto presumió como una de las 5 construcciones ferroviarias más importantes de su sexenio, y que al igual que el exgobernador de Jalisco, Jorge Aristóteles Sandoval Díaz, se ilusionó en que sería concluida, inaugurada y puesta en operación antes de terminar sus respectivas administraciones, ha sido una y otra vez postergada para arrancar su puesta en operación. De acuerdo a la última previsión se esperaba podría estrenar a finales de 2019, pero no fue así.
Como si no fuese suficiente el retraso de dos años seis meses que tiene a la fecha, o el hecho de que ha aumentado prácticamente en 100 por ciento el costo con que fue proyectada la obra, tenemos que añadir que de manera continua han sido detectadas irregularidades como que las finanzas no cuadran, sobreprecios y corrupción, y aunque se ha pretendido justificar el gasto alegando responde al incremento del dólar, la inflación, y el aumento de insumos, hasta ahora no sabemos a ciencia cierta cuándo será puesto en marcha el servicio, la inversión total y si ya se han subsanado todas las observaciones. simple y sencillamente porque así ha sido la historia de este proyecto, que como ya mencionaba ha sufrido innumerables modificaciones en el trayecto.
A mediados de noviembre pasado nos enteramos que le fue practicada una nueva auditoria a la obra y que al igual que en la revisión que se le hizo a las finanzas en 2017, también arrojó irregularidades diversas, según dio a conocer la Auditoría Superior de la Federación (ASF) respecto a la revisión correspondiente a 2018, y que asciende a más de 315 millones de pesos en el proceso de construcción y habilitación; 278 millones corresponde a lo relacionado a la terminación de los viaductos, túneles y estaciones y 37 millones en el tema del suministro, instalación y puesta en marcha del material rodante (vagones), señalización ferroviaria, sistemas de comunicaciones, centro de control, sistemas electromecánicos del túnel, vía, sistemas de energía y construcción de dos subestaciones de alta tensión.
No está de más recordar que esta imponente obra que ha provocado tantos problemas forma parte de un ambicioso y bien planeado proyecto para superar los problemas de movilidad que desde 1975 ya se padecían a causa del déficit de transporte público masivo, pero que los pasados gobiernos no supieron o no tuvieron la capacidad de gestionar como estaba planeada desde hace más de 20 años.
Fue gracias al esfuerzo del Gobernador Alberto Orozco Romero y del alcalde de Guadalajara Guillermo Cosío Vidaurri, que se hizo posible la apertura de lo que es hoy la Avenida Federalismo y la realización de un túnel que permitió que por esa vía existiera paso, primero de autobuses y después de trolebuses. El Gobierno de Flavio Romero de Velasco mantuvo esa red y fueron ampliadas en muchos sentidos las líneas de autobuses. Bajo la administración de Enrique Álvarez del Castillo, fue que se planeó y ejecutó la Línea Uno del Sistema del Tren Eléctrico Urbano. No la pudo terminar y fue al gobernador Guillermo Cosío Vidaurri, a quien correspondió concluirla y además de ello gestionó, proyectó e impulsó la construcción de la Línea Dos dejando la Línea Tres debidamente planeada, con un proyecto aprobado que era por vía subterránea totalmente, en la misma ruta que se hizo la línea tres actual. Quedó también aprobado el proyecto de ampliación de la línea dos y estaba ya aprobado un proyecto del uso de las vías del ferrocarril para un tren interurbano que llegaría hasta la población de Tequila para ser también de cercanías y turístico.
Fue a la llegada de administraciones panistas que se dejó de avanzar. Alberto Cárdenas Jiménez no hizo prácticamente nada en materia de transporte urbano y movilidad. Francisco Ramírez Acuña se dedicó a ampliar el sistema de transporte colectivo de la zona metropolitana, porque se decía que tenía muchos intereses en esas empresas, -simplemente fue el vox populi-. Durante el Gobierno de Emilio González Márquez se realizó el famoso adefesio del Macrobús que vino a romper toda la estructura en la vialidad de la Calzada Independencia, y aunque el también exgobernador Jorge Aristóteles Sandoval Díaz tuvo la voluntad de dar continuidad a ese plan de movilidad que había quedado estancado por gobiernos azules, no fue posible que bajo su administración se pusiera en marcha, pese a que hizo venir a Peña Nieto 9 días antes de que concluyera su administración, para hacer una entrega simbólica de la obra durante la ceremonia llamada “compromisos cumplidos”.
Jimenez Espriú recordó que se planeaba terminar esta obra en 2017, y en presupuesto inicial era de 18 mil 800 millones pero hubo un retraso en la obra por falta de proyecto, y el costo final es de 31 mil millones de pesos, 4 mil 500 millones fueron asignados a la Secretaría de Comunicaciones para su terminación, autorizados del presidente”.
Añadió que las obras civiles están concluidas y actualmente están en el periodo donde se llevan a cabo las pruebas al vacío.
La Línea Tres del Tren Ligero corre de Zapopan, pasa por Guadalajara y llega a Tlaquepaque, Jalisco y se cruza con las líneas uno y dos, tiene 18 estaciones, dos terminales y 16 intermedias, y cuenta con 18 trenes de tres vagones de 700 pasajeros cada uno.
Es lo deseable que así como lo ha anticipado el titular de la SCT, esta nueva fecha sea ya la definitiva para la entrada en operación de este servicio de transporte que tanta falta ha hecho los usuarios de la Zona Metropolitana de Guadalajara. Quizá lo más importante es que hay coordinación y comunicación entre el gobierno local y el federal y existe la voluntad de ambas partes de que se entregue la obra lo antes posible en beneficio de la movilidad de los habitantes de la metrópoli. Superar politiquería y corrupción para que finalmente ahora si sea realidad la línea 3 del tren, será un logro y un beneficio que tendrán los jaliscienses para abril o para mayo pero no con Peña, sino con AMLO.