No es noticia afirmar que nuestras cárceles tienen más de escuela del crimen que de centros de reinserción social, como pomposamente se llaman nuestros penales o CERESOS.
Renace en México es una organización civil sin fines de lucro que desde 1994, se dedica a apoyar a gente de escasos recursos con asesoramiento jurídico y defensoría legal.
En una nota aparecida hoy en El Financiero en su edición Nuevo León, el director de Renace, Martín Sánchez Bocanegra le pone el cascabel al gato.
Sánchez Bocanegra dice que las cárceles del estado (y seguramente del país) no cuentan con programas serios que se enfoquen en la reinserción social de los reclusos, por lo cual anunció que mañana hará públicos los resultados de una evaluación psicológica a reclusos hombres que tienen su calidad de preliberados.
Y adelanta que de acuerdo a los resultados, “el 19.7 por ciento de los internos tiene una disfunción psicosomática, lo que significa que presentan síntomas físicos a causa de conflictos psicológicos, y el 15.2 por ciento de los reos tiene sintomatología, que puede ser equiparable a la de sujetos de una población psiquiátrica; es decir, cuentan con algún trastorno mental”.
Sánchez Bocanegra reveló que “al año salen alrededor de 600 y 700 personas por beneficio de derecho a libertad que cumplieron un porcentaje de la pena”.
Pero en el fondo la reinserción social, como política pública del sistema carcelario mexicano no existe.
Hay que esperar a ver el reporte completo para que las estadísticas, me imagino, nos pongan la piel de gallina.