El año 2018 será un año recordado-futbolísticamente hablando-como el año en que el Balón de Oro regresa a la Tierra, debido a que, tras la hegemonía en una década ganada por dos extraterrestres del futbol, un mortal vuelve a ganar dicho trofeo.

Un niño que no era muy apto para los deportes, que creció en medio de una guerra, corrió entre minas, jugó entre desgracias, hoy es el mejor jugador de futbol del 2018. Si bien no ganó el Mundial, y no es goleador, Luka Modric llevó al Madrid a ganar la Champions, y a su querida Croacia a la Final del Mundial. Por supuesto que en los dos equipos tiene grandes estrellas que juegan a su alrededor, pero él es quien orquesta el juego en ambos equipos. Él reparte el juego, decide por cuál banda atacar, dicta los tiempos del juego, dirige a sus compañeros, y lo mejor de todo, siempre toma la mejor decisión.

El triunfo de Modric, también es el triunfo para los medios que hacen su misma labor, pero que, en cuanto premios se refiere, cada vez son más “ensombrecidos” por los goleadores. Luka es un jugador todo terreno, pelea, baja, sube, lucha, corre, reparte juego, se entrega en cada jugada, suda la camiseta. Sin duda es un jugador ejemplar.

A sus 33 años, ya va de bajada en el fútbol, pero el año o dos que le queden, seguiremos disfrutando de su clase, de su disciplina, de su carisma, pero sobre todo, de su futbol, que al final, es lo que nos importa.

¡Felicidades Lukita!

@cokemon