El PRIAN vio imposible justificar otro fraude electoral en el 2018, con unas elecciones donde el único candidato serio y con gran respaldo fue Andrés Manuel López Obrador.

El truco de “vamos a encarcelar a Javier Duarte para ganar votos y luego lo soltamos cuando recuperemos la silla”, se les cebó. Las “fake news”, ataques de medios “chayoteros” y “operaciones berlinesas”, en lugar de beneficiarles, los hundieron más, quemándose cual carbones (y ahorita, con sus patéticos bots que hacen lo mismito de hace dos años en redes sociales, se están volviendo ceniza).

Esta no vez no pudieron hacer su clásico relevo (donde se van unos ladrones y entran unos rateros).

Puedo imaginar a un orangután trajeado y derechoso, hablándole a un grupito de sus semejantes en una sala de juntas: “Si imponemos los resultados que queremos a nuestro fiel Instituto Electoral, y colocamos a Meade, Anaya o el “Bronco”, la gente no se la va a tragar, podrían suscitarse conflictos sociales y eso afectarían las ganancias. Es más conveniente no interferir, que la gente se relaje, crea que ganó la democracia, y desde las doce de la noche del primero de diciembre del 2018, dediquemos toda nuestra energía, dinero y tiempo a combatir a López Obrador y preparar nuestro regreso”.

Así iniciaron su cuarentena: encerrados día y noche con violentos y hambreados bots, y planeando estrategias con sus iguales del crimen organizado, convocando marchas balines, bombardeando con ataques de los incondicionales “chayoteros”, generando caos y violencia. Se dijeron: “Total, es un pobre provinciano que ni habla inglés. ¿Qué puede hacer en seis años?”

Saneamiento de Pemex, guerra al huachicol, cacería de defraudadores (monetarios y electorales), ex presidentes sin pensión, recortes de publicidad gubernamental, intocables en el bote: Juan Collado, Rosario Robles, Emilio Lozoya, etc. Ya no ven lo tupido (y lo que falta).

Los felicito por prepararse desde el 2018 para el 2024, pues así llegarán fortalecidos, lamentablemente no puedo felicitarlos por haber elegido a Felipe Calderón “Borolas” como su líder, para llevar a cabo tan importante encomienda. Pero bueno, entiendo, ustedes lo prepararon desde que fue candidato a la presidencia del PAN (durante su campaña tuvo reuniones con guerrilleros sudamericanos y, muy probablemente, entrenamiento para desempeñarse como socio de los narcos).

Es comprensible que no quieran perder el dinero invertido en “Borolas”, pero deberían aprender de Constellation Brands, (o de los jugadores de póker que se retiran a tiempo) que saben perder un poco de dinero, para no perder demasiado.

Le vendería mi alma al diablo por ver el rostro de uno de los orangutanes que invierten su dinero en “Borolas”, después de que este les dice, entre etílicos hipos: “Insinué que un médico era un narco que comió con el Peje, pero como lo hice en forma de pregunta, quedé como un hombre maquiavélico, irónico e inteligente, y me van a admirar muchísimo”. Pues no, quedaste como un difamador, ardido, y corriente, y la gente (que no es pendeja) está pidiendo que cierren tu cuenta de twitter. Ja ja.

Le recomiendo a esos simios millonetas que aprovechen estos días de guardar para ver películas chidas, comer ricos platillos, oír buena música, leer excelentes libros, pues cuando pase la 4T (o “Cuatrotena”), podrían pescar un virus mortal, al salir de su mansión (y hasta sentirán envidia por García Luna, resguardado de los virus en su celda).