Me causa risa y sorpresa que el borracho de Felipe Calderón tenga un puesto en la Federación Internacional de Automovilismo, con la presidencia de la Comisión de Medio Ambiente y Sustentabilidad (donde supongo que pondrá el ambiente bailando bien “persa” sobre los coches).

“Borolas” estuvo calificando competidores en el Gran Premio Fórmula Uno, donde los “fifís” estuvieron criticando a los “chairos” que acudieron al evento. Yo creo que cada quien tiene derecho a perder su tiempo como quiera (incluso destruyendo su mente y su cuerpo, como “Borolas”, poniéndose hasta las manitas diariamente); sin embargo, les daré mi opinión sobre las carreras de coches.

1. No es un deporte. ¿Cómo va a ser un deporte una actividad que realiza un huevón que viaja sentado? Lo mismo opino de la equitación, donde quien hace ejercicio es el caballo.

2. Es una pasarela de vanidades. Como los automóviles son costosos, quienes acuden pretenden dejar huella de que pertenecen al jet set, alardeando con su presencia: “yo vengo aquí porque sé de carros y de golf y de modelos bellísimas que jamás te saludarían en la calle”.

3. Es una ceremonia para exaltar la gasolina. El petróleo es lo que más ha desatado conflictos armados: Guerras en el Medio Oriente, enfrentamientos con huachicoleros, balaceras entre borrachos que chocan en una esquina, etc. Lo que menos necesita la humanidad es rendirle culto a un líquido más nefasto que el que se mete “Borolas” por la garganta. Mejor háganle homenajes a las bicicletas.

Se supone que una Federación de automóviles debería tener la mínima precaución para nombrar funcionarios que comulguen con la vieja máxima: “Si toma, no maneje”, en vez de contar entre sus representantes con un afamado alcohólico (a quien no le interesa rehabilitarse, pues ha aparecido grabado en pachangas que duran toda la madrugada, como en esa disco de Campeche). No porque un fraude electoral le haya permitido gobernar un país y declararle la guerra al narco bajo efectos etílicos, se le va a permitir que conduzca un Fórmula Uno hasta las manitas.

Es como si Peña Nieto fuera el director de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara; Fox, el organizador del Festival Internacional Cervantino; Carlos Salinas, comisionado de Derechos Humanos; Emilio Lozoya, director de la Lotería Nacional; Cuau de la Torre, jurado de Señorita México; Rosario Robles administradora del dinero de los pobres (¡Ay cabrón! ¡Si ella ya fue eso!)

Además, “Borolas” tiene tendencias a estamparse solito (como cada vez que organiza una asamblea de México Libre); no es un buen ejemplo para los conductores.