El Enfoque de Leonardo no buscaba causar polémica, o sumarse a la grilla coyuntural de ningún tipo (empresarial, política, internacional) por el contrario, el objetivo de su programa siempre estuvo abocado a abrir espacios democráticos que ampliaran el panorama nacional e internacional de los radio escuchas, dotarnos de conocimientos y desarrollar una capacidad crítica capaz de confrontarnos a nosotros mismos, a nuestras convicciones, nuestra búsqueda de la verdad y la ideología que, en este mundo individualista –tan criticado por él- queremos definirnos mediante lo que no decimos o sí decimos. Un analista profundamente comprometido con la academia y la búsqueda de la verdad como una herramienta necesaria y útil, de esta manera sus palabras siempre fueron usadas con responsabilidad, con el objetivo de brindar un conocimiento útil que nos permitiera un desarrollo en los ámbitos que rompen “el saber por el saber” y así, logró colocarse en nuestras vidas en el ámbito profesional, llevándolo hasta un desarrollo personal. Un maestro capaz de incidir en las estructuras cognitivas para conformarnos, desde ciertos paradigmas, una estructura de pensamiento que coincide con lo que somos.

Su gran sabiduría se conforma por argumentos rigurosos y sustentados, siendo muy cauteloso de no converger la pasión y la ideología personal con la información, el panorama nacional e internacional.

En los pasillos de la Secretaría de Relaciones Exteriores el eco de la vos de Curzio, por lo pronto, dejará de resonar, pero estoy segura que sus textos, sus análisis y sus aportes seguirán siendo motivo de discusión y de debate tanto en los cubículos y las salas de junta como en las aulas del Matías Romero. Su cultura internacional ha sido, durante 18 años, un referente para los internacionalistas quienes ávidos de información sensata, con cuestionamientos claros, ofreció espacio para entrevistas a reconocidos colaboradores de todo el mundo. Para aquellos que no somos internacionalistas, nos ofrece un panorama claro y sencillo sobre las complejidades de las relaciones internacionales. 

Hasta siempre, Leo. Continúa siendo rabiosamente feliz.