Hace dos años una diputada me platicó que fue a ver al entonces Director General de Carreteras de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, Oscar Callejo Silva. Había terminado el primer periodo ordinario de sesiones donde se había aprobado el presupuesto de egresos, y lo fueron a ver para tratar de agilizar la construcción de una carretera en su estado.

 En su visita --me platicó mi amiga-- esperó en una salita a que el joven director la atendiera junto con otros diputados, luego de una breve espera, pasaron a una sala de juntas, hasta ahí llegó este personaje, saludo con una voz grave a los diputados, les ofreció algo de beber y fue directo a un aparato de música, en el que puso éxitos de música bailable de los 80, seguido de música Trans y lo que mi amiga dijo era puro punchis punchis a un volumen considerable y empezó a bailar.

A mi amiga le pareció “chistoso” que el director empezara a explicarles casi a gritos cual era el tamaño de la inversión y que los pusiera a decidir entre ellos a dónde iría el proyecto carretero para el estado; mientras él entraba en una especie de frenesí musical la negociación fue rápida. Preguntó si ellos ya tenían constructora, los diputados dijeron que no y les aseguró que no habría problema, se licitaría y quedaría lista para 2017.

 En 2016 --es decir casi un año después-- este personaje fue nombrado subsecretario de Infraestructura, por lo tanto fue el encargado de licitar y echar a andar el Paso Exprés de Cuernavaca.

El banderazo inicial se dio el 24 de enero de 2015 y el otro responsable fue el ex subsecretario Raúl Murrieta Cummings, quien fue prácticamente corrido en agosto del año pasado sin mediar una explicación.

En septiembre de 2016 se había acusado a Cummings  de tener relación con una empresa supuestamente fantasma llamada “Administradora de Capitales de México” a la cual le había adjudicado más de 400 millones de pesos y que después se descubrió simuló experiencia en la ejecución de obra pública con la falsificación de diez contratos establecidos con el gobierno estatal de Puebla, de obras que nunca hizo.

Nuestro sub secretario punchis punchis también tiene cola que le pisen. El 16 abril de 2015 se  publicó que Callejo Silva había echado mano de todo el poder del que dispone para frenar reclamos de constructores engañados.

 En una columna del diario Reforma se dice: Callejo “intimida a proveedores de la administración presidencial por intereses que sólo él debe conocer. El reportero tuvo acceso a las grabaciones que obran en poder de los destinatarios de estos mensajes que rayan más en la conducta de sicarios al servicio de delincuencia organizada que en la lógica de un servidor público federal (…) ‘Tu agonía va a ser lenta’ decía Callejo en una llamada telefónica a su interlocutor para obligarlo a desistirse de construir un tramo carretero previamente ganado en una licitación pública”.

 Estos dos personajes y por supuesto Ruiz Esparza tienen mucho que explicar sobre la construcción del Paso Exprés de Cuernavaca, donde se invirtieron 2,213 millones de pesos y se garantizaron 40 años de obra en buenas condiciones gracias a las especificaciones de la obra y los materiales usados lo que aseguraba la durabilidad. “Se usó concreto hidráulico, para efectos que tuviera una larga durabilidad y un bajo mantenimiento. De la misma forma se construyeron  10 kilómetros de drenaje y dos kilómetros de líneas hidráulicas”. Decía Ruiz en un video de Periscope el día de la inauguración.

 En entrevista muy enojado Alberto Patrón, director de Consultora Mexicana de Ingeniería, aclaró que no hicieron el proyecto del Paso Exprés de Cuernavaca, como destaca información en el portal de la SCT  "Nosotros no hicimos el proyecto, nosotros hicimos una parte de estructuras, fue la mayoría de los puentes peatonales y algunas estructuras de puentes de pasos de vehículos". Por este proyecto cobraron nada más 8 millones 450 mil pesos. Pero ojo, ellos no construyeron los puentes, sólo hicieron el diseño.

En AutoCad seguro, quizá contrataron a tres especialistas que hicieron cálculos matemáticos precisos y a lo mejor dos diseñadores que embellecieron las estructuras. Un muy buen negocio, ¿cuánto les pagarían a los trabajadores? Muy bien pagado me dicen amigos de constructoras ni siquiera gastarían 450 mil pesos.

 Estos señores, Callejo, Cummings y Ruiz Esparza, se han hecho ricos, millonarios con nuestro dinero. Sí, con el dinero que pagamos en impuestos y que luego los diputados van a pedir que se use en carreteras, mismas que son el origen del moche, porque no es gratuito que en todos lados de la República se hagan obras, proyectos y se contrate constructoras que cobran millones  y millones para construir carreteras, pareciera sin supervisión.

Los únicos que sospechan que hay problemas estructurales son los albañiles, los vecinos y las autoridades de protección civil de la zona construida, porque los dueños que fueron favorecidos por este gobierno como es el caso del consorcio integrado por Epccor y Aldesa, no sabían que estaba pasando y mucho menos iban a invertir un peso más en arreglarlo.

Y entonces si se prende la mecha corta, porque estos personajes, Cummings, Callejo y Ruiz, muestran y demuestran su poder en sus salas de juntas con música a todo volumen, bailan y toman vino caro que nosotros les compramos, deciden a quién les adjudican las obras millonarias y peor seguramente serán exonerados, gracias a un montón de basura y lluvias “atípicas”.

Mientras en la casa de los Mena Romero y Mena López, los dos verdaderos trabajadores, que cayeron al socavón y encima de ellos miles de toneladas de tierra y concreto hidráulico, lloran su muerte.