Ayer el periodista Ricardo Raphael renunció a Réplicas, un espacio recién creado en IMER Radio, las razones que dio fueron básicamente las restricciones presupuestarias que están ahogando a la radiodifusora pública líder en el país. 

“Como un llamado de atención para quienes deben tomar las decisiones adecuadas.  La SEP no nos ha acompañado como debería ser y tras una serie de promesas nos han dejado sin paraguas, por ello me retiro de Réplicas”, escribió Raphael en un tuit, previamente en su último programa dio una explicación más amplia, que resumo a continuación: 

A partir del próximo lunes, el Instituto Mexicano de la Radio dejará de transmitir casi 3000 mil horas de contenido, hecho que podría dejar a 200 personas sin trabajo. 

Al IMER, la Secretaría de Hacienda le reservó 11.42 millones de pesos, sin los cuales el propio gobierno compromete la operación cotidiana del instituto y la continuidad del servicio público de radiodifusión.

El tijeretazo al IMER forma parte de los ajustes presupuestales que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador realiza, para tener recursos suficientes para poder salvar a Pemex. Esa es la realidad. 

Justo en mi columna del lunes me congratulaba por la apertura de nuevos espacios informativos y noticiosos, es decir, el Heraldo de México en la radio, en donde se podrán escuchar las voces de periodistas como Sergio Sarmiento, Guadalupe Juárez y Jesús Martín, entre otras. 

Así como el nombramiento del editorialista de La Jornada, Julio Hernández, quien ya conformó un nuevo espacio informativo con los excelentes periodistas Álvaro Delgado de Proceso y El Heraldo de México; y Alejandro Páez Varela de Sin embargo, sin duda, una excelente propuesta que vendrá a refrescar la radio informativa vespertina. 

Pero hoy nos enteremos con esta simbólica renuncia de Ricardo Raphael de las verdaderas y catastróficas condiciones en las cuales se encuentra el IMER, la declive de un medio público, es una pésima noticia y más aún si esta se da en un gobierno de izquierda con intenciones de revolucionar el país. 

Pero no deja de llamar la atención, que al mismo tiempo que el IMER naufraga a causa del recorte presupuestal, surgen nuevas propuestas en la televisión pública, específicamente en el Canal 11, que ahora sabemos se sostienen gracias a una millonaria inversión. 

Una de ellas, es la serie de televisión John y Sabina, protagonizada por el politólogo John Ackerman (esposo Irma Eréndira Sandoval, titular de la Secretaría de la Función Pública), y la dramaturga Sabina Berman, que tiene un costo de 4 millones 257,042 pesos, lo que corresponde a 0.7% del presupuesto total para las señales de televisión y radio del IPN.

Aclaro, se agradece la apertura de nuevos espacios, pero porque a unos se les recorta tanto que la subsistencia es casi insostenible, y en otros los recursos son aprobados aparentemente sin restricciones.