En una escena por demás grotesca, el conductor Enrique Tovar acosó sexualmente a su compañera Tania Reza en el programa ATM que se transmite en Televisa Ciudad Juárez, en el estado de Chihuahua. Primero le levantó la falda, lo cual ya fue irrespetuoso y de pésimo gusto, ella intentaba llevar adelante el programa, pero el conductor continuó acercándose a su compañera de modo lascivo y grosero. Después, con el pretexto de elogiar el collar que ella llevaba le tocó un seno. Tania ya no pudo ocultar su enojo y le reclamó al aire por haberle tocado una bubbie, fue el término que utilizó quizá para amortiguar el reclamo frente a la cámara. Con absoluta insolencia, el conductor lo negó y ahora de manera intencional la volvió a tocar diciendo que ?eso era tocarle la bubbie?.

Tania Reza ya no pudo contener el enojo, se desprendió del micrófono y dijo que no era posible trabajar así. El conductor todavía se atrevió a decir ?una disculpa a mi gente, es que mi compañera anda muy hormonal. Se le subieron las ubres?. El video rápidamente se viralizó con reacciones de indignación hacia el comportamiento del conductor.

Rápidamente la empresa emitió un comunicado en el que aclaró que la escena fue fingida y preparada por los conductores para subir el rating, que lo habían hecho por su cuenta sin consultar a la producción, razón por la cual los dos fueron despedidos. Inmediatamente comenzó a circular un video en el que ambos conductores aceptaban la versión de Televisa.

Sin embargo, en su cuenta de Facebook, Tania Reza señala que fue presionada por Televisa para admitir su culpabilidad. Cualquiera que vea el video del incidente puede corroborar que el único montaje fue el que corrió a cargo de Televisa para decir que era un montaje. La empresa intentó deshacerse de la ?mala imagen? despidiendo al ofensor y a la ofendida. Doble acoso para la conductora: sexual y laboral. Doble ofensa también.

Fue tan burda la maniobra que lo difícil de creer es que los ejecutivos hayan aceptado manejarla. Los únicos que deberían ser despedidos son el insolente y machista conductor y el asesor de comunicación institucional de la empresa que creyó poder engañar a toda la sociedad con esa estrategia de ?control de daños?.

Ahora Televisa quedó como cómplice del acoso sexual y como agresora laboral en contra de una empleada que fue víctima en el mismísimo lugar de trabajo y frente a miles de televidentes que ahora, gracias a las redes sociales ya deben ser millones. Primero la noticia fue la del acoso, ahora lo es la reacción de Televisa. Sólo hay que teclear el nombre de Tania Reza para constatar la cantidad de medios impresos, electrónicos y digitales de México, Latinoamérica, Estados Unidos y Europa han recogido la noticia.

Hasta el momento el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y la Secretaría de Gobernación han informado que llevarán a cabo una investigación en contra del conductor Enrique Tovar, pero no han tocado ni con el pétalo de una sospecha a la Televisa.

Después de que los legisladores aceptaron discutir el aplazamiento del apagón analógico queda muy claro el poder de la televisora, como en los buenos tiempos priistas, estos también son tiempos priistas, pero no tan buenos (para ellos) como aquellos en que tenían el control absoluto de las opiniones y las conciencias. Si las instancias oficiales no incluyen a la empresa en su investigación será clarísimo de qué lado masca la iguana.

¿Quién podrá entonces volver a ver un promocional de protección a los derechos de las mujeres en las pantallas de Televisa sin correr a vomitar? ¿Quién volverá a creer en el altruismo de Teletón? ¿Los discapacitados sí y las mujeres no? Para empezar, lo que Televisa Juárez debería hacer es reinstalar en su trabajo a Tania Reza y Emilio Azcárraga investigar quién fue el autor de la brillante idea del ?montaje?. Parece que fueron asesorados por Alberto Bazbaz, el procurador mexiquense del caso Paulette.

Despedir a Tania Reza es una estrategia habitual que sigue el sector empresarial para proteger la marca. No quieren en sus pantallas a alguien asociado, así sea en calidad de víctima, con un incidente desagradable, o menos todavía, con un delito.

¿Quién no recuerda el caso del romance entre Carlos Loret de Mola y Laura González? Cuando el amorío se convirtió en la comidilla de las redes sociales, la solución fue despedir a Laura. ¿Por qué no sacrificar ahora a Tania, aunque sea víctima, con tal de no manchar la pulcra imagen del consorcio?

Sucede como en la película El transportador, el protagonista conduce autos Audi a supervelocidad como chofer de colectivo defeño, baja con él escaleras, brinca por terrenos irregulares, se impacta sobre pesadas rejas para abrirlas y nunca se les ve el más leve rayoncito. Lo más seguro es que la marca exigió que sus autos nunca se vieran dañados de ninguna forma. Sólo que en el caso Tania Reza, el comunicado oficial de Televisa y el video que obligaron a hacer a los dos presentadores son tan extremadamente burdos que no alcanzan para cubrir las abolladuras éticas y contra la dignidad de las personas que acostumbran para proteger la marca y las ganancias.

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