Cada vez son más frecuentes las observaciones de los analistas políticos de México en el sentido de que al presidente Andrés Manuel López Obrador ya le está urgiendo que realice sus primeros ajustes al gabinete.

Ayer comentamos que al político de Macuspana ya le pesa mucho llevar él solo todo el control de sus conferencias mañaneras.

Nos preguntamos el por qué no han dado la cara la mayoría de los integrantes del gabinete, o de los gabinetes, el legal y el ampliado, en las conferencias mañaneras para que respondan a los cuestionamientos que a diario se hacen en ese ejercicio de comunicación que se le está agotando a López Obrador.

Me resultó difícil recordar los nombres de los titulares de las secretarias del medio ambiente, de Bienestar, de Sedatu, de la Función Pública, entre otros que no han tenido su conferencia mañanera a pesar de que hay muchos problemas que son de su competencia.

En mis registros aparecieron los nombres de Josefa González Blanco de Semarnat o de Román Meyer Falcón o de Alejandra Frausto de Cultura que han sido mencionados en contadísimas ocasiones por los analistas políticos.

En esta columna en ninguna ocasión han dado tema desde que tomaron posesión el 1 de diciembre pasado.

A ellos, y a otros más, les hace falta ya tener su conferencia mañanera para ayudar a que el presidente no sea el que tiene que responder a todos los cuestionamientos sobre cada uno de los temas de la agenda nacional.

En la semana que termina y que en muchos sentidos resultó anticlimática para la 4T, se vivieron delicados episodios como el la actuación violenta del Instituto Nacional de Migración contra un grupo de centroamericanos que estaban en la caravana “madre” en el poblado de Echegaray municipio de Pijijiapan.

La titular de Segob, secretaría de la que depende el Instituto Nacional de Migración, ofreció una conferencia de prensa para explicar el incidente.

Olga Sánchez Cordero dijo que eran un grupo que de ninguna manera representaban a la “caravana madre”. Y en ella fue donde dijo su ocurrencia der que acaso eran “caravanas madrecitas” las que habían interceptado los agentes de Migración.

Ello se dio cuando el presidente de Estados Unidos Donald Trump envió otro de sus ya famosos twitts anti México en el que reclamaba la “invasión” de elementos de la Marina a territorio norteamericano para “revisar” a unos agentes de la patrulla fronteriza a los que apuntaron con sus armas.

El incidente creció cuando en otro twitt Trump dijo que México no estaba colaborando con Estados Unidos en el tema migratorio y que enviaría soldados de su guardia nacional a la frontera pero ya debidamente pertrechados con armas de alto calibre.

El canciller Marcelo Ebrard quedó atrapado entre los asuntos migratorios de doña Olga y las protestas de Trump.

Y otra vez el presidente López Obrador tuvo que salir a declarar que con Estados Unidos se mantiene una relación de respeto y que con Trump solo hay “amor y paz”.

Y así el tabasqueño se vio en esta semana obligado a defender su reforma educativa, ello en tanto que su secretario del ramo, Esteban Moctezuma, no tocaba el asunto de fondo en relación a los paros anunciados para mayo por la CNTE y se dedicaba a “reprobar” a los padres de familia que no llevaran a sus hijos a las clases de preescolar y de primero y segundo de primaria.

Ya fuera del gabinete al presidente le está costando cada vez más hacer esfuerzos por mantener a Yeidckol Polevnsky como dirigente nacional de MORENA.

A poco más de dos meses de que se celebren elecciones para gobernador en Puebla y Baja California, la dirigente sigue distraída y por estos anda de viaje en China donde presuntamente se entrevistará con un grupo de acompañantes entre los que figura el polémico Gerardo Fernández Noroña con el mandatario de aquella nación para “promover inversiones”.

A Yeidckol ya le tumbaron a los candidatos de MORENA en Nuevo León y Aguascalientes por haberlos impuesto quitando a los que ya habían sido registrados como aspirantes a diputaciones locales o alcaldía.

Ricardo Monreal logró atemperar el enfrentamiento entre el senador de MORENA Alejandro Armenta, que en los tribunales electorales estaba a punto de tumbar la candidatura de Barbosa al reunir a estos antagonistas y conciliar intereses entre ambos.

Monreal ha logrado sacar delicados asuntos en el senado (fiscal general, nueva magistrada de la SCJN, asuntos iniciales de la Guardia Nacional, Reforma Laboral.

Ha sabido apoyarse en operadores de primer nivel como Julio Menchaca, Rubén Rocha Moya, Cristóbal Arias, Pedro Haces, Napoleón Gómez, Higinio Martínez, Malú Micher, y Zoe Robledo, actualmente sacando del bache en lo que puede los descalabros de la SEGOB donde es subsecretario del ramo.

Claudia Sheinbaum sigue siendo una de las cercanas a AMLO mejor evaluadas.

Sus acciones han sido de resultados palpables como Jefa de Gobierno de la CDMX.

Y su anuncio de que va contra la corrupción hasta donde tope, ha puesto a muchos manceristas a poner sus barbas a remojar.

Claudia es el enlace confiable de AMLO con la UNAM y una de sus gentes más leales.

Por su parte Alfonso Durazo dejó en claro ayer en su comparecencia en el senado que sabe el grado de dificultad que tiene la tarea que le encomendó su amigo el presidente.

El sonorense dijo a los senadores que el problema de la violencia no se generó en los niveles que tiene actualmente de la noche a la mañana.

Y que por lo tanto no es lógico esperar que tan complicado asunto se resuelva también de un día para otro.

Pues así, en medio de colaboradores que nadie conoce y de operadores que le complican el escenario en lugar de arreglárselo, AMLO camina con el apoyo popular mayoritario sin duda, pero peligrosamente sin tener una red de protección política fuerte.

Y la historia enseña que gobernar un país nunca ha sido tarea de un solo hombre.