Recuerdo hace mucho tiempo fui a una plática con Pedro Aspe, ex secretario de Hacienda y nos comentaba que los negocios fuertes prosperaban en las épocas de crisis y algo de razón tenía. Muchos negocios en el mundo están sentados sobre las bases del comercio ancestral, es decir, se necesita gente en los mercados, en las plazas, en las calles comprando e intercambiando cosas para poder prosperar.

Las grandes marcas de lujo la han tenido complicada pues es difícil adquirir un reloj de 100 mil dólares y que llegue por mensajería. Por ejemplo, los modelos 2020 de Rolex estarán en las tiendas para noviembre. Los Patek Philippe habían dicho que no habría lanzamientos este año, pero al parecer los habrá en verano. Tiendas que tienen muchas ventas en sus boutiques de Europa han batallado con la pandemia al no poder comercializar sus productos Dior, Chanel, Louis Vuitton entre muchas otras han tenido que hacer recortes en personal y esperar a que la situación del turismo se normalice. Diferente el caso a Hérmes, pero de eso le contaré un poco más adelante.

El viernes 19 de junio, el diario inglés Financial Times publicó una lista “Top 100” de las compañías que han prosperado en la pandemia. Es lógico pensar que todas las compañías que tienen que ver con comunicaciones, comercio electrónico y tecnología hayan tenido incrementos en ventas. Amazon es la compañía número uno en la lista con un aumento de 401.1 mil millones de dólares en su capitalización de mercado, es decir el precio de la acción multiplicado por el número de acciones. Le siguen Microsoft y Apple como segundo y tercer lugar en la lista del FT.

En la lista de curiosidades, en el sector automotriz, Tesla y Audi han salido ganones el primero por su inversión en tecnología, los alemanes por su buen manejo financiero.

En la lista vienen compañías como Facebook, Netflix, Alphabet (Google para la banda) que han aprovechado el tiempo de home office para ampliar sus servicios y los usuarios el tiempo de uso de estas plataformas.

Las compañías farmacéuticas también han tenido importantes subidas en su capitalización de mercado. Roche aumentó 27.1 mil millones de dólares, Regeneron Pharmaceuticals , una de las compañías que está trabajando con un coctel de anticuerpos para resolver el tema del Covid-19 aumento su market cap en 20.1 mil millones de dólares.

Las compañías de entretenimiento en línea como Spotify en música y Activision en juegos digitales también han aumentado enormemente su capitalización de mercado.

Nestlé y Unilever, compañías de alimentos y mil cosas más también han tenido un aumento considerable en su capitalización, pudiera parecer que la gente está comiendo más o al menos estos productos han sabido llegar más fácil a los clientes.

Dos compañías como The Home Depot y Lowe’s son tiendas que por sus características se mantuvieron abiertas durante la pandemia. Pareciera que estas tiendas no tienen materiales esenciales para las personas, pero muchas personas, me incluyo, fuimos a Home Depot alguna vez por algo que hacía falta en casa para que esta funcionara de manera correcta. La capitalización de mercado de Home Depot aumentó en 31.5 mil millones de dólares, la de Lowe en 10.5 mil millones de dólares.

Dentro de todas estas compañías asiáticas, americanas y árabes sobresale una compañía latinoamericana que se dedica al comercio electrónico. Mercado Libre aumentó su capitalización de mercado en 18 mil millones de dólares. La compañía argentina se ha mantenido como auxiliar de muchos pequeños comercializadores y su crecimiento vale doble, pues en Latinoamérica no eran común las ventas hechas por comercio electrónico.

Hay dos compañías que me causaron mucha curiosidad. La primera Lululemon, esta compañía es conocida por vender ropa para hacer yoga y conjuntos deportivos “relajados”. Al parecer la pandemia y el trabajo en casa cambió también la ropa formal que se llevaba a los trabajos. Su mecanismo de venta en línea le ayudó a llegar a muchos clientes y su capitalización de mercado aumentó en 9.3 mil millones de dólares.

La otra compañía es Hérmes, como les decía al principio de la columna, es complicadísimo vender mercancía para las marcas de lujo pues mandarlas por mensajería representa un riesgo. Además, estas tiendas no tienen un sistema de distribución que les permita llegar a sus clientes pues la exclusividad de este tipo de marcas es la de ir a la boutique y comprar las dos o tres piezas exclusivas que llegan por local, por ciudad y hasta por país. Con Hérmes paso algo curioso. En abril de este año, China empezó a abrir su economía de nuevo. La tienda de Guangzhou vendió 2.7 millones de dólares en un solo día cuando abrieron la tienda después de la cuarenta obligatoria. El mercado chino le ha dado un impulso brutal a las ventas de la compañía francesa. Al parecer los clientes chinos que compran regularmente en esta tienda solo estuvieron esperando su reapertura para gastar parte de su dinero ahí.

Entiendo el crecimiento de loas otras compañías pues el comercio, con la pandemia, mutó a las vías electrónicas dejando a las tradicionales para situaciones de emergencia o de mantenimiento. Lo que me cuesta trabajo entender es el gasto excesivo que pueden hacer ciertas sociedades en tiendas de alta gama en un momento de crisis mundial. Esto habla mucho de la distribución del dinero. Muchos negocios no sobrevivieron la cuarentena obligada, otros tantos tuvieron que reducir sus plantillas, dentro de los posibles clientes muchos están sufriendo la perdida de su trabajo y las caídas en la economía. En China y en otros países, mucha gente sigue como si nada. Entiendo que la afectación del sector de lujo sea grande pero que una compañía como Hérmes esté dentro del Top 100 de compañías que han aumentado su capitalización de mercado durante la pandemia me causan sorpresa. Lo mismo pasará en México, donde seguramente cierto sector de la población esta haciendo compras de lujo mientras el país todavía no sale, y no se ve cerca de salir, de la pandemia.

Después de que esta pandemia termine, muchos gobiernos, muchas personas, tendrían que ponerse a pensar en la gran desigualdad que hay entre los sectores de la población. Y no tengo nada en contra de la industria de lujo, se me hace un mercado muy interesante, pero en estos tiempos me parece superfluo y banal que haya personas pensando en gastar grandes cantidades de dinero en este tipo de compras. El mercado de lujo resurgirá, esperemos que sea pronto, así como los demás sectores económicos del mundo.