Amparados en el acuerdo interno que existe entre el gobierno y la CFE se le entregó a Enrique Ochoa Reza una cantidad millonaria por salir de esa institución. Al igual, como ya se sabe, que se les entregó a otros colegas suyos que permanecieron en el mismo puesto por tiempo limitado. Este acuerdo en contubernio, pactado hace quince años, que nos digan si pasó en su momento por el Congreso, si éste decidió que en efecto era un acto legítimo. O simplemente se hizo legítimo con base en los deseos de la gubernatura federal. No nos han informado.

Enrique Ochoa dice que esta protesta en su contra por más de un millón de pesos que recibió por su renuncia al puesto de director de la CFE para convertirse por dedazo en presidente del partido revolucionario institucional, es legal. Es obvio que moralmente no lo es.

Cuando uno está en un puesto tan importante como el que ostenta Ochoa Reza en vísperas de elecciones, que supuestamente está batallando a la corrupción, que defiende a capa y espada la ley 3de3, bien pudo haber rechazado públicamente esta entrega y haberse ensalzado moralmente así como al partido que representa. Qué va, ¿cómo se les va a ocurrir tal cosa?

Pero ¿cómo va a ser este acto correcto en un país donde se están recortando programas básicos a la ciudadanía, anulando presupuesto para el beneficio de la población de menos recursos que será la que sufrirá por estos recortes?

Desde el 15 de Julio Ochoa Reza recibió esta inaceptable, pero “legal”—solamente según acuerdo del gobierno con la CFE—remuneración, por un trabajo mediocre efectuado por un tiempo mínimo que estuvo al frente de esta institución.

Este señor que hoy ya sabemos falsamente pregona el ataque frontal contra la corrupción,  ¿qué dedujo cuando recibió dicha cantidad, que no saldría a la luz, que no sería linchado mediática y socialmente por ello al conocerse? Seguramente se lo embolsó felizmente y ni cerca pensó que se sabría. Y desde luego que mucho menos consideró en hacerlo público. He aquí al nuevo falso profeta del PRI.

Es obvio que la falta de transparencia de este individuo—que aparenta ser lo contrario-- así como la de los acuerdos en lo oscurito sobre los que nadie conoce nada, como este caso del pacto entre gobierno y CFE, nos recuerdan la evidencia de la terrible corrupción “legalizada” que impera y ha imperado en la nación.