Todas las profesiones requieren de una preparación para poder ejercerse en el campo laboral, y aunque muchas veces el ser bailarín no se considere como un trabajo formal o real, es bien sabido que sí lo es, pues para poder estar dentro del medio de la danza se necesita ser un profesional de ésta.

Pero qué es necesario para ser un bailarín profesional. Pues bien, a pesar de que muchos bailarines no tengan un título profesional de danza, no significa que no puedan hacer de ésta su profesión y forma de vida, sin embargo, sí es necesario prepararse tomando buenas clases de danza, de acuerdo a la especialidad a la que quieran dedicarse aunque hoy en día, sabemos que el reto es aún mayor, pues ser bailarín de una sola especialidad ya no es una opción, pues actualmente la versatilidad y capacidad de interpretar y ejecutar cosas totalmente distintas, es una exigencia de la profesión.

Una vez que se ha tenido una formación sólida, es importante considerar diversos aspectos que en muchas ocasiones desde la formación se van haciendo notar, pero que se intensifican a la hora de entrar al mundo laboral.

Las audiciones y ensayos son el pan de cada día, el tener una buena relación con los compañeros, directores y gente del medio de la danza, es clave para tener trabajo, el darse a conocer por ser un bailarín responsable y entregado cuenta más que ser solo virtuoso, pues este medio es muy pequeño y todo se sabe. Tener una actitud de que ninguna puesta en escena o papel es pequeño y que todo escenario merece el mayor respeto y  esfuerzo, es una actitud profesional. Es importante estar consciente que el camino no es fácil, que así como hay éxitos y satisfacciones también habrá lágrimas y frustraciones, que tal vez no a todos les guste nuestro trabajo, estilo y/o manera de bailar, pero eso no debe ser un freno, sino un motor por ser mejor cada día, y no para complacer al director o los compañeros, sino, como diría Barishnikov, para bailar mejor que nosotros mismos.

Saber que los días en que una persona con un horario fijo de oficina descansa o que incluso tal vez sean días festivos o de descanso oficial, muchas veces son los días en que más trabajo hay para los bailarines y estar dispuesto a sacrificar fines de semana, tiempo con la familia, o días de descanso, es un aspecto que se debe tomar en consideración, pues muchas veces la profesión lo exige. Es necesario tener un carácter de determinación para hacer las cosas, pues en la danza los logros que se obtienen son por uno mismo y  es en unos minutos en los que se demuestra si se puede o no realizar el trabajo, cada función aunque sea el mismo repertorio nunca es igual y no hay vuelta atrás, o se aprovecha ese momento y se tiene el 100% de concentración o será fácil que los errores salgan en el escenario, aspecto que no se podrá corregir salvo en la siguiente función si es que la hay; es por ello que en cada compás de la música se debe estar concentrado y consciente de lo que se está realizando, tener un sentido musical y capacidad interpretativa son cosas fundamentales para tener un buen desempeño.

Estar dispuesto a enfrentar nuevos retos, aprender cosas nuevas, trabajar bajo presión, aprenderse las secuencias rápidamente, ser práctico, tener actitud de compañerismo y sobre todo ser humilde, son aspectos clave para ser un profesional de la danza.     

Bailar no es fácil, pues como dicen, la danza es muy celosa le dedicas mucho tiempo, dinero y esfuerzo, y los resultados que se obtienen serán en base a la dedicación que se le ha puesto, no siempre se tendrá lo que se quiere, el papel deseado o incluso estar en la compañía deseada, pero eso no significa que no importa seguir esforzándose, la danza significa eso, constancia y perseverancia, si fuera fácil cualquiera lo haría.