Hace algunas semanas tuve la oportunidad de leer diversos artículos y análisis sobre el perfil del voto que participó en la reciente elección se puede, muchos de estos primeros acercamientos se podía discernir desde edad, ingreso, nivel de estudios y hasta religión. Lo que me llamó la atención fue los sufragios de jóvenes que se inclinaron por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) el rango iba de 21 a 35 años cumplidos, pero lo que más me sorprendió fue su nivel de escolaridad: un porcentaje importante contaba al menos con licenciatura. Este dato vino a confrontar algunas de mis posibles explicaciones del por qué el PRI y su candidato Enrique Peña Nieto obtuvieran una mayor número de votos.

 

La “tradición política” mexicana se construyó desde 1929 con la conformación del Partido Nacional Revolucionario (PNR), pasando por el Partido de la Revolución Mexicana (PRM) en 1938 y finalmente el PRI en 1946; durante décadas los miembros de esta organización ocuparon los cargos “elección popular”, así como los espacios de prácticamente toda la administración pública. Para mantenerse al frente del país se implementaron prácticas como el clientelismo en todas sus expresiones, así como el corporativismo, modelo de control del fascismo por excelencia, por mucho tiempo se presentó como el partido de la “unidad nacional”, así mismo la corrupción de los dirigentes políticos y sindicales era el aceite que lubricaba los engranes del sistema.

 

En lo que respecta al ámbito económico el Revolucionario Institucional no realizó bien su tarea, constantes crisis y devaluaciones golpeaban a las familias mexicanas sobre todo en los cambios de presidente, el campo y la industria nacional quedaron en el abandono, sin proyecto ni respaldo; el Dr. Carlos Tello hace un excelente análisis de la situación económica de México que va desde a 1920 hasta el 2006, se puede observar como el modelo neoliberal impactó de manera poco favorable a pilares del desarrollo nacional como la generación de empleos. Estos datos e información que a veces suele ser tan especializada no esta al alcance real de los habitantes de las zonas rurales o de la sierra, por ello no juzgo si fueron comprados u obligados para sufragar por un partido cuya historia representa el atraso en todos los sentidos.

 

Lo preocupante es la disposición de jóvenes cuya formación les permiten acceder a este tipo de información y datos, y aun así estén dispuestos a militar y ayudar a que un partido como el PRI con todos sus defectos y vicios llegue al poder nuevamente. Platicando con algunos colegas cuya militancia en el tricolor data desde hace tiempo incluso como una cuestión familiar me pude dar cuenta que entre much@s jóvenes ser priísta esta de “moda”, la historia les es indiferente y sobre todo por un elemento básico: la posibilidad de acceder a un empleo.

 

De esta forma se puede observar que el clientelismo no respeta clase social y mucho menos nivel educativo, es increíble la disposición de las y los jóvenes por participar en las filas del PRI a cambio de una esperanza de conseguir un espacio en la administración pública, poco o nada les importa que ese mismo partido al que ahora respaldan fue en gran medida el responsable de la tragedia por la cual México atraviesa, les da igual el espíritu autoritario que recorre las estructuras corporativas y que la democratización de nuestro sistema político se logró a base de lucha, sacrificio y sangre porque simplemente el PRI no estaba dispuesto a generar un clima de competencia justa y equitativa. 

 

Si produce tristeza e indignación la situación que provoca que una persona sencilla y humilde venda su voto a cambio de una despensa o una tarjeta de Soriana, la sensación que provoca ver a un joven “preparado” empeñar el futuro del país por una chambita de unos cuantos meses no se puede describir. Es preocupante como el inmediatismo y la incertidumbre laboral y económica se convienen para generar este tipo de situaciones, de seguir así el PRI no se va a ir en muchos años, ya que, es experto en comprar e incorporar conciencias, espero que el movimiento #YoSoy132 junto con otras expresiones políticas ya sea en movimiento o incluso partidos políticos, generen la inercia necesaria para romper este círculo vicioso que tanto daño le esta haciendo a las y los jóvenes.

 

La mayoría de los “neo-priístas” no tienen ni idea de la historia del partido, de menos la oficial, pocos o ninguno se ha tomado la molestia de leer sus documentos básicos y sería mucho pedir que revisen obras como el Dr. Luis Javier Garrido o leer textos básicos como La muerte de Artemio Cruz; probablemente tan mala suerte tiene nuestro México que un@ de estos jóvenes puede llegar a una posición de poder e incidencia y puedo garantizar que el resultado no va a ser nada bueno. Es así que se puede inferir que muchos de estos jóvenes priístas están ahí por mero interés laboral o como dicen en mi tierra es sólo un(a) busca-chambas…