La proclama del presidente Donald Trump para desplegar la Guardia Nacional para apoyar a la Patrulla Fronteriza en la frontera con México, ha llevado a importantes tensiones mediáticas entre las dos naciones, aun así, éstas no han llegan al grado de crisis diplomática; hablamos de que Trump, sin causa, llama al ejército a que cuide la frontera sur mientras se construye su muro; esto a pesar de que no hay elementos que conviertan a México en una amenaza latente a la seguridad norteamericana, ni tampoco los hay para calificar a Estados Unidos como una amenaza invasora de México.

Y aún y que el acto hostil no ha ocurrido. Llama la atención que de todos los candidatos a la presidencia, solo Ricardo Anaya mordió el anzuelo, es decir, cayó en la provocación; y de inmediato exigió al gobierno mexicano a través de su Facebook, una enérgica respuesta que amenace a los Estados Unidos, cito: “México debe condicionar su cooperación con EU en materia migratoria, antidrogas, seguridad y contra el terrorismo. A que cesen los ataques contra los mexicanos, que se suspenda el envío de la guardia nacional a la frontera, y se acaben las amenazas constantes. Así no se puede negociar ni se puede cooperar”.

Fuertes declaraciones. Porque vamos a suponer que fuera presidente de México; el condicionar de esa forma a Estados Unidos, sin duda provocaría una escalada de reacciones por parte de Donald Trump, donde saldríamos más descalabrados.

No se dio cuenta que, con esa amenaza, le pondría a Trump en charola de plata la justificación que está buscando para lograr su cometido, ya le oigo: ¿Ya ven? México dice que no va a cooperar, nos amenaza el presidente porque no le gusta lo que hacemos en nuestra propia casa para defendernos, significa que ¡toda la frontera sur estará libre para nuestros enemigos! Carteles de la droga, indocumentados, y terroristas. Repito lo que venía diciendo: México no es nuestro amigo. Y tenemos que tomar medidas.

Mientras que el congreso norteamericano, bajo la amenaza mexicana, se vería obligado a liberar los fondos para la construcción del muro, la militarización en la frontera, y yendo más allá, todo ello contribuiría a una inminente reelección de Trump.

En pocas palabras, parecieran simples declaraciones, pero estaría echando por la borda, irresponsablemente, décadas de esfuerzo por mantener la concordia en la relación bilateral. Porque fácil es bravuconear, lo difícil es quedarse a enfrentar las consecuencias. Recordemos que hace apenas un par de días, Trump amenazó con cancelar el TLCAN debido a una caravana de migrantes que se dirigía a EU, con eso nos rompe el hilo del cual pendemos. Es por eso que el nuevo presidente de México debe tener carácter, sí, pero también mucho temple e inteligencia para lidiar con la bestia anaranjada.

La pregunta es: ¿Quién asesora a Ricardo Anaya en política exterior? Muy posible su  recién nombrado coordinador de campaña, Jorge Castañeda, ex Secretario de Relaciones Exteriores con Vicente Fox, célebre por el bochornoso “comes y te vas” durante su gestión, y la “enchilada completa” que culminó en un fracasado acuerdo migratorio, después tuvo que renunciar tras la postura mexicana contra la guerra de Irak. Nunca manejó una diplomacia inteligente.

¿Qué dijeron al respecto los demás candidatos?

Básicamente, los demás candidatos solo fijaron una postura, sin amenazar. Vale la pena leer fragmentos de la diplomacia que utilizaron para comparar.

Margarita Zavala: En una carta entregada en la Embajada norteamericana, sostuvo: “México y Estados Unidos establecieron relaciones en diciembre de 1822. Los encuentros de nuestros pueblos y gobiernos no solo han sido altamente productivos para ambas partes, sino que han marcado a las sociedades y las culturas de ambas naciones. Militarizar la frontera sería un error histórico”.

AMLO: Desde Piedras Negras, recurrió a una cita bíblica: “La blanda respuesta quita la ira, más la palabra áspera hace subir el furor”. Posterior declaró: “Vamos hacer labor de diplomacia con el gobierno de Estados Unidos para hacerlos entrar en razón. Necesitamos una relación de amistad y cooperación para el desarrollo, no el uso de la fuerza, no muros, no apostar a una mala vecindad”.

Meade: sostuvo que “Que no se equivoque Trump: mandar a su ejército a la frontera sería un agravio inadmisible para nuestro país, mejor que detenga el tráfico ilegal de armas”. Posterior expresó: "Debe exigirse que se nos trate como lo que somos: un país soberano, un país importante, un país con dignidad y un país que no va a tener ningún titubeo".

Afortunadamente para todos, Ricardo Anaya no es presidente, es candidato. Por lo que sus declaraciones quedaron en el aire, lo que no quedó en el aire fue su evidente actitud reaccionaria, inexperta, torpe.

Del mensaje Peña a Trump:

Este sugiere a Trump, que si sus declaraciones derivan de una frustración por asuntos de política interna, se dirija a ellos, no a los mexicanos. Aunque Peña hace lo mismo, sus declaraciones a Trump derivan de una frustración de política interna (la campaña electoral); ambos mandan un mensaje hacia afuera, para que retumbe hacia adentro.