El 1º de julio de 2018 los mexicanos tenemos una cita con la democracia, se elegirán alrededor de 3,416 cargos públicos, por lo que, serán los comicios más competitivos y complejos de las últimas décadas.

Se pueden considerar algunos factores que ya inciden en el proceso electoral, y son parámetros para prospectar la calidad democrática que tendremos durante y después de la jornada electoral, así como, su resonancia en los índices de gobernabilidad en México en los próximos seis años.

Participación Ciudadana

Uno de los pilares de la democracia es la participación ciudadana, no sólo en tiempos electores, sino, en cada cambio social, político y económico que se generan en las sociedades contemporáneas. En nuestro país, las últimas 4 elecciones presidenciales han tenido una participación a nivel nacional de más a menos.

En 1994 la participación fue del 77% para elegir Presidente de la República; en el 2000 fue del 63%, es decir, 14 puntos porcentuales menos a la participación ciudadana de 1994; en el 2006 llegó al 58%, es decir, cinco puntos porcentuales por debajo a la del año 2000 y en el 2012 fue del 63%, ocho puntos porcentuales más en comparación a la de 2006.

Para la elección presidencial de 2018, se ha mencionado que la participación ciudadana puede dividir la votación en tercios y es probable que se dé en un rango del 55% al 65%. Nótese que los porcentajes donde hubo alternancia en la Presidencia de la República fue del 63%, en contraste, cuando no la hubo osciló en 58%.

Legitimidad de las Instituciones Electorales

La legitimidad es una cualidad de las democracias consolidadas, donde las instituciones y los servidores públicos, logran el reconocimiento ciudadano por su actuar ético y buen desempeño público, lo cual contribuye al desarrollo democrático y a la paz social.   

Para la elección presidencial de 2018 el reto para el INE es legitimar su autonomía; que la FEPADE se consolide como la instancia perseguidora de delitos electorales y que el Tribunal Electoral sea un árbitro imparcial en la resolución de los litigios sin ataduras políticas, ya que la actuación de estas instituciones electorales serán factor determinante para que el proceso y jornada electoral tengan certeza jurídica y sobre todo legitimidad social.  Candidatos Independientes

En el Proceso Electoral 2018 se inscribieron 74 aspirantes independientes a la Presidencia de la República y el INE sólo avaló a 40. Cabe señalar, que la esencia de la candidatura independiente es impulsar un cambio en la forma de ejercer la política, pero, ha sido utilizada principalmente por militantes que al no encontrar un espacio en su partido político renuncian y se declaran independientes.  

Los candidatos independientes serán factor y no porque alguien de ellos vaya a ganar la Presidencia de la República, sino porque si logran estar en la boleta electoral, fragmentarán aún más el voto, pero, en el camino podrían declinar por alguno de los candidatos con mayor opción de triunfo, por ello, esta figura pierde su esencia y objetivo de control y participación ciudadana en la arena política.

Gobierno de Coalición versus Frente Ciudadano por México

El Gobierno de Coalición adquiere relevancia rumbo al 2018, porque, si hay un resultado de tercios y le sigue una crisis postelectoral en el ámbito judicial, político y social, se tendría la posibilidad de llegar a consensos para transitar a una gobernabilidad estable que evite la parálisis legislativa y se pueda construir una agenda de interés nacional

Mientras el Frente Ciudadano por México es una alianza electoral, que se aleja en esencia de un proyecto sólido de gobernabilidad, ya que, su finalidad principal es ganar espacios de elección popular.

Es entonces, que mientras en un Gobierno de Coalición su naturaleza es construir consensos para la gobernabilidad, el del Frente Ciudadano por México es buscar espacios de elección popular donde para acordar una agenda común deben primero, superar las divisiones que tienen al interior el PAN y PRD ya que diversos grupos no están de acuerdo con la actuación política de sus dirigencias nacionales.

Movimiento de Regeneración Nacional

Si su mayor activo político, Andrés Manuel López Obrador entra en una crisis de imagen y credibilidad como en el 2006, tendrá pocas posibilidades de lograr la Presidencia de la República, aunque sí logrará triunfos territoriales que lo ratificarán como una fuerza política en el país.

Su discurso de confrontación hacia lo que él llama la “mafia del poder” es su bandera principal que justifica su campaña permanente por casi 12 años en el país. Por otra parte, ha suavizado su discurso con los empresarios y con las instituciones, situación que da estabilidad a sus dichos, pero, recordar que los hechos dicen más que mil palabras.

Partido Revolucionario Institucional  

Al interior del PRI hay señales de unidad de forma, pero, persisten algunas divisiones de fondo que en tiempos electorales no se deben de obviar; hay que considerar que, en comparación a las elecciones del 2006 y 2012 hay un Presidente de la República emanado del PRI que no marcó una sana distancia, ha innovado y también conservado las liturgias de designación presidencial, marcando tiempos y puntualizando su liderazgo para ser una pieza fundamental en la designación del candidato.

Es así, que en el calendario priista tenía contemplado los siguientes eventos para ir permeando al probable candidato con la finalidad de prepararle el camino, o en su caso, desvirtuar la realidad para tapar al elegido hasta que el Presidente lo crea conveniente.

1.       Asamblea Nacional

2.       Informe Presidencial

3.       Presupuesto 2018

4.       Cambios en el Gabinete

5.       Cambio en el Banco de México

Del 1ro al 3er evento se cumplió sin contratiempos, pero, los que darán claridad serán los eventos 4 y 5, para saber con más precisión quien será el candidato presidencial del partido en el gobierno.

No siempre el designado es el que tiene todas las condiciones a su favor, sino es el que tiene la cualidad de mediar entre las fuerzas políticas existentes, conservando lealtad al proyecto, así nuestra historia política no los ha demostrado, esto es factor.   

El candidato podría tener las siguientes características:

·     Visión clara en la continuidad de las Reformas Estructurales

·     Capacidad de negociación

·     Conocimiento territorial

·     Sensibilidad social y política

El conjunto de estos factores ya están marcando la ruta para lo que es el proceso electoral más competitivo, donde estará en juego la calidad de nuestra democracia, la legitimidad de las instituciones, la capacidad de los partidos políticos para tener una reconciliación con la sociedad y la madurez ciudadana al momento de emitir su voto.