Vamos a reflexionar un momento ¿qué sentido tiene cuando se busca invertir dinero en algo? Es sencillo, cuando invertimos buscamos sacar una ganancia, pero nos damos cuenta de que México invierte desde hace años miles de millones de pesos en los partidos políticos y sencillamente no vemos ninguna ganancia para los ciudadanos, al contrario parece ser que entre más reciben peores resultados nos dan.

En 2017 solamente los partidos políticos han recibido la cantidad de 4,138 millones de pesos que a la hora de repartírselo entre ellos, -ahí si son muy organizados- se los dividen por el número de votos que recibió en la pasada elección cada partido. 

La paradoja de los partidos políticos: “Si los partidos políticos no pueden funcionar sino reciben ese dinero para financiar sus actividades, sencillamente no están haciendo política, están haciendo negocios”.  El gobierno tiene pensado gastar en el sistema nacional anticorrupción –sabiendo que la corrupción debe ser un tema prioritario en la agenda de los próximos gobiernos- la cantidad de 5 mil 500 millones de pesos considerando prioridades nos damos cuenta de que es más importante para el Estado Mexicano financiar a los partidos políticos que de paso hay que admitirlo, en gran medida son quienes serían combatidos por el sistema anticorrupción,  que invertir más precisamente en el sistema anticorrupción.

La democracia mexicana no debe ser basada en dinero, sin considerar que resulta ofensivo para nosotros los ciudadanos el saber que habiendo tanta lana, se gaste en spots de radio y televisión de los partidos políticos –que además ni les quedan bien- cuando podría México invertir ese dinero en un sin fin de cosas.

Si siempre Estados Unidos es un ejemplo a seguir, por costumbre, por cercanía y porque la verdad hacen de su política una cosa seria –al menos hasta antes de Trump-, hay que tomar el ejemplo sobre el financiamiento que reciben los partidos de por allá,  ellos pueden pagar sus promociones debido a que los militantes y simpatizantes de sus partidos dan cuotas voluntarias, en cambio en México estamos subsidiando la vida de los políticos partidistas, eso no enriquece a la democracia, eso enriquece a los partidos, el primer paso para acercarnos a una democracia participativa e incluyente será el de desaparecer completamente el financiamiento a los partidos políticos, utilizar ese recurso en beneficio de los ciudadanos.