Para Platón, la política forma una parte de la moral. Cabe decir que, para el gran filósofo griego, la ética es la única vía efectiva de ejercer una moral social. Y más aún, no sólo social sino también individual, porque Platón piensa que la moral del individuo está en relación con la moral de la sociedad.

Todo lo anterior viene a mi mente porque cada vez que veo los nombramientos que hace el virtual presidente de México, me pregunto cuánta moral social pueden tener individuos como Manuel Bartlett, a quien han designado para dirigir la Comisión Federal de Electricidad, siendo que cuenta con cero experiencia en materia energética y sí con una larga trayectoria de abusos, manejos obscuros de recursos públicos y la famosa “caída del sistema”, de la que ya proclamó públicamente su autoría.

En la antigua Grecia, la oratoria era el instrumento por antonomasia de la actividad política y era utilizada para convencer al pueblo sobre el bien común, sin embargo, en la política aunada a la falta de memoria de los pueblos, se ha convertido en un instrumento cantinflesco en donde como digo una cosa, digo la otra. Nuestra política está plagada de actores corruptos envueltos en halos de trabajo en servicio de la sociedad y honestidad, pero que no son sino los más alejadas de la verdad.

Ciertamente es muy difícil y digno de gran alabanza mantenerse justo toda la vida, cuando se tiene plena libertad de ser injusto. Estos hombres son pocos, y son muchos los que se proclaman serlo, como es el caso de nuestro futuro presidente, sin embargo, este doble discurso entre “honestidad valiente” confrontada con los miembros que le acompañaran en esta nueva cruzada, suena a incongruente, pues más parece el regreso de un priismo de los años 60 y no el gobierno que realmente genere un cambio. Es totalmente ilógico que nombre a Manuel Bartlett en su gabinete y grite a los cuatro vientos que acabará con la corrupción, es como decir que protegeremos a las gallinas poniendo un lobo en el gallinero.

Platón dice que: “El castigo modera a los hombres, los hace más justos y viene a ser como la medicina de la maldad”, pues aquí, parece que el castigo que recibirá Don Manuel, será un gran hueso en donde no creo que aplique la máxima del gran filósofo, quien opinaba que: “Aquí y en otras partes, han existido en el pasado y creo que existirán en el futuro hombres buenos y honrados respecto a esa virtud de administrar justamente lo que se les confía”, pero sinceramente, de lo que hemos visto, con ejemplos como el de Manuel, eso no va a pasar.