En estos días escribí sobre la opinión de la OMS sobre cómo se ha trabajado en México sobre la pandemia de coronavirus. La OMS, organización rectora sobre este tema a nivel mundial, ha dicho a través de sus representantes que se ha hecho lo correcto en tiempo y forma para controlar la propagación del virus.

Hoy me compartieron un artículo del portal medium.com, donde Alberto Díaz-Cayeros tiene datos interesantes sobre cómo el gobierno del país se ha preparado para atender esta epidemia.

Si usted recuerda en el 2009, México vivió una fuerte epidemia de un virus más letal que el coronavirus, el famoso H1N1. El trato que se nos dio a los mexicanos por causa de ese virus fue el de excluirnos. En ese tiempo vivía fuera de México y cuando mostraba mi pasaporte se me quedaban viendo de una manera extraña. Nos pasó algo parecido a lo que se nos está pasando ahora, la diferencia es que éramos los únicos protagonistas de la historia. El presidente de ese entonces, Felipe Calderón, en conjunto con el sector salud, nos sacó adelante con el mínimo daño. Si algo quedó de lo que se vivió hace 12 años es la experiencia de cómo lidiar con virus que afectan al sistema respiratorio. Se puede decir que, aunque es un virus totalmente diferente, las medidas son similares a las que se están tomando ahora.

Muchos piensan que México se empezó a preparar al cuarto para las 12, cuando ya todo era una locura en el mundo, esto es falso. El secretario de salud, Jorge Alcocer Varela, y su equipo de trabajo anunciaron el 10 de enero que se había identificado un brote de una neumonía con un mecanismo de transmisión aún no identificado en Wuhan, China. Pocos días después el InDRE, Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos, ya había publicado un reporte técnico y un portal donde se puede encontrar información y recomendaciones para la epidemia. La OPS, Organización Panamericana de la Salud, felicitó a México por ser el primer país que reaccionó y que activó su sistema de emergencia, teniendo las herramientas de diagnóstico preparadas. Los equipos de salud fueron instruidos sobre las recomendaciones y procedimientos para supervisar la epidemia. Todo esto ya estaba instalado en el sistema de salud para la primera semana de febrero, seis semanas antes de que se declarara la fase 2 de la epidemia en México.

La voz cantante sobre todo lo que tiene que ver con epidemias en nuestro país es el subsecretario de Salud, Dr. Hugo López-Gatell. Para los que pudieran pensar que es un improvisado, el Dr. López-Gatell tiene un doctorado en epidemiología de la Bloomberg School of Public Health en la Universidad Johns Hopkins en Estados Unidos. La Johns Hopkins University está clasificada como la universidad número dos en servicios de salud en los Estados Unidos teniendo como una de sus especialidades más reconocidas los temas de Salud Pública. El Dr.López-Gatell trabaja desde hace tiempo en temas de epidemias desde épocas de Felipe Calderón por lo que sabe de las capacidades de nuestro sistema público de salud y cómo se han administrado las epidemias que han llegado al país. Fue el líder del proyecto de reforma del Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica y le ha tocado enfrentar epidemias de Zika, Dengue, la AH1N1.

La Secretaría de Salud tiene una estricta vigilancia sobre los casos reportados, conociendo su comportamiento y consecuencias. La gente del sector salud sabe de las virtudes y limitaciones del sistema de salud por lo que está tratando de alargar el tiempo de cada fase para que se tenga una capacidad suficiente en instalaciones hospitalarias y no pase lo mismo que está pasando ahora mismo en Europa.

 

La Polarización

La gran polarización que se ha tenido desde las elecciones hasta ahora hace que tengamos ataques ordenados y desordenados contra lo que está haciendo la Secretaría de Salud, que por lo que dicen la OMS y la OPS va muy bien.

Seguido vemos noticias y columnas donde se desprestigia lo que se está haciendo ahora. Se ataca al sector salud y su estrategia, se habla sobre falsedad en los datos. Es complicado tener los datos correctos cuando los mismos sospechosos de contagio se ocultan o sabiendo que pueden ser probables portadores no van a hacerse los exámenes y no se resguardan.

Si usted hace una colección de columnas y una historia de estas se puede dar cuenta de cómo va cambiando la intención de estas al no hacerse verdaderas las profecías negativas sobre el accionar de las autoridades de salud en México.

 

Comparativa Simple con datos duros

Don Federico Arreola mostró en una de sus columnas como el pronóstico catastrófico de la Universidad de Guadalajara falló y no hemos entrado a una etapa exponencial de contagios. Este tipo de modelos causan pánico en la población.

La usuaria de twitter @ethelam está llevando una cuenta simple pero contundente de cómo vamos. Con números encontrados y corroborados por fuentes oficiales hace una comparativa de cuándo se reportó el primer caso en España y en México y como vamos a “días comparativos”. En 13 días del primer caso reportado en España ya había 1,231 casos reportados y 30 muertes, en México hubo 405 casos reportados y 5 muertes. En una población 2.8 veces mayor hubo 6 veces menos muertes. Algo debemos de estar haciendo bien.

 

La fase 3

Basado en los datos que tiene el Dr. López-Gatell, se espera entrar en la fase tres de la pandemia. “La Jornada Nacional de Sana Distancia que implica la desmovilización masiva de la población, empieza el 23 de marzo y termina el 19 de abril. La diferencia es que con las medidas vamos a tener una curva epidémica de menor tamaño. Es para entrar más leve en la Fase 3”.

 

Confianza

Los números y como se ha llevado la epidemia, especialmente por la sociedad en México, hacen que se pueda creer que no viviremos situaciones como las que se han estado dando en otros países donde fueron más reactivos que proactivos al tomar precauciones sobre cómo controlar la crisis.

Vendrán ataques e información buscando que la población entre en pánico. Se buscarán culpables en todos lados. Si todo resulta como lo tienen previsto en la Secretaría de Salud habrá un golpe, pero no será tan fuerte y catastrófico como muchos adversarios políticos del actual régimen lo quieren.

Esperemos que en este tiempo de donde todos deberíamos de trabajar juntos estemos buscando soluciones y mejores practicas en lugar de críticas y señalamientos que no aportan nada al manejo del problema.

Para este gobierno vienen otras cosas que se tendrán que solucionar, tratando de balancear la situación económica del país con lo que está pasando en salud. Gran acto de malabarismo le tocará resolver al presidente López Obrador y su equipo en el recuento de los daños. Ojalá, para el bien del país y la sociedad, todo salga de una manera positiva.