Tiene tantos años que los calcula por el número de Papas que le ha tocado cubrir durante su carrera periodística en la llamada Santa Sede. Su nombre se pierde -porque él así lo quiere- entre los de otros protagonistas de esa fuente que tienen menos años que él recorriendo el mundo en los viajes de los jerarcas de la iglesia católica, como Valentina Alazraki, a quien dice le sirvió como guía para que no se perdiera en los vericuetos del Vaticano, cuando ésta corresponsal de Televisa llegó a Roma.

Les platico: Lo conocí en el umbral de los años 80 siendo ambos unos imberbes periodistas que fueron distinguidos por los periódicos donde trabajábamos, para participar en un programa que dejó de existir poco después, promovido por la Sociedad Interamericana de Prensa para foguear a los que llamaban “jóvenes valores”.

Me tocó estar en el grupo que representaba a Latinoamérica y conocí ahí a reporteros y editores de periódicos como El Clarín, de Buenos Aires; El Tiempo, de Bogotá; El Comercio, de Lima; El País, de Montevideo; El Mercurio, de Santiago de Chile; Panamá América, de la ciudad del Canal; por La Nación, de San José, iba un pintoresco tico de nombre Marcio Vargas y de México -representando al Excélsior, del cual era corresponsal en Washington- Agustín Gutiérrez Canet, que en aquellos años usaba barba medio pelirroja. De Monterrey fuimos Diana Frías y el que esto escribe.

Aunque el propósito de este artículo es hablar de quien fuera mi compañero “romano” de ese programa de la SIP -que nos consiguió prácticas en periódicos de la talla del Washington Post- no resisto la tentación de desviarme para platicarles un poco de Agustín, quien llegó a ser embajador de México en Irlanda en el sexenio de Zedillo, después de una brillante carrera en el cuerpo diplomático.

El 20 de junio de 1996, Agustín comunicó que el gobierno le retiró del cargo después de siete meses, por “haber concertado” una entrevista el 6 de mayo de ese año en el mejor restaurant dublinés -el Role´s Bristo- entre Carlos Salinas de Gortari y Jorge Castañeda, donde cenaron con sus respectivas esposas.

Catherine Cleary -periodista del Irish Time- confirmó esa reunión, aunque Castañeda aseguró después en el ejemplar 1024 de la revista Proceso, que su encuentro con Salinas de Gortari fue en el restaurante Kilroy´s.

Agustín no concertó esa reunión porque la noche de la cena andaba en Roma con su esposa Martha Bárcena Coqui, y le ofreció a Castañeda que se hospedara en la residencia oficial de la embajada mexicana en Dublín mientras él no estaba.

Castañeda fue a Londres y pasaría por Irlanda, por lo que Agustín le consiguió una conferencia en el Trinity College, donde disertó sobre “El Neoliberalismo en América Latina”; chequen el tema.

Cuando Agustín regresó de Roma fue informado por el mismo Castañeda que había cenado con Salinas de Gortari, lo cual provocó la furia del híper sensible Zedillo y el que entonces era Canciller -José Ángel Gurría y a la sazón, jefe de Gutiérrez Canet- especuló que se trataba de una conspiración contra el presidente mexicano.

Gurría -Secretario General de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) desde 2006- le dijo el 13 de mayo de 1996 que le había perdido la confianza, por lo que el 17 de junio fue destituido oficialmente de su cargo como embajador en Irlanda.

Como “consolación”, Gurría le ofreció la embajada en Haití, pero Agustín la rechazó y en cambio, solicitó su retiro del servicio exterior mexicano. Ocupó después la dirección del Departamento de Estudios Internacionales de su alma máter, la Universidad Iberoamericana.

El 5 de julio de 1996, Agustín escribió una carta a Zedillo que nunca le pudo entregar, porque Gurría lo bloqueó una y otra vez. Tres años después -en diciembre de 1999- dio a conocer el contenido de dicha carta.

El 13 de diciembre del 2018, en su columna “Sin Ataduras” -que escribe para Milenio- Gutiérrez Canet criticó al gobierno de López Obrador por el recorte a la ayuda de renta y colegiaturas a los diplomáticos en el extranjero. Textualmente escribió: “Es injusto y absurdo aplicar criterios de austeridad donde ya hay austeridad. Es hora de rectificar dicha injusticia. El Estado mexicano debe proteger, no infundir zozobra, en quienes son sus leales y antiguos servidores: los diplomáticos de carrera”.

En abril de 2018, Beatriz Gutiérrez Müller -esposa de Andrés Manuel- escribió en una carta que se difundió a nivel nacional: “Ser hijo o nieto de alguien no nos hace responsables de nuestros padres, abuelos, hermanos, hijos o primos. Cada quien responde por los actos de su persona a lo largo de su vida”. Por lo que les voy a contar en seguida, quizá solo le faltó decir “tíos”, pues…Agustín Gutiérrez Canet -cofundador de Proceso con Julio Scherer en 1976; de Unomásuno en 1977 y condecorado por los gobiernos de España, Suecia y Finlandia por su labor periodística cubriendo la fuente diplomática- es tío de la esposa del presidente.

Su hermano Juan casó con Nora Beatriz Müller Bentjerodt y tuvieron tres hijos: Rodrigo, Beatriz y Gabriela.

Agustín está casado con quien fuera bailarina profesional de ballet clásico en la Compañía Nacional de Danza, ávida lectora y gran conocedora de la música clásica, la ópera y el ballet: Martha Bárcena Coqui, que habla fluidamente inglés, francés, italiano; se defiende muy bien en alemán, danés y chino y quien se incorporó al Servicio Exterior Mexicano en 1979, donde ha sido Cónsul en Barcelona; Embajadora en Turquía y las repúblicas de Georgia, Azerbaiyán, Kazajistán y Turkmenistán y ante el reino de Dinamarca concurrente con el de Noruega e Islandia, además de representante permanente de México en las Agencias de la ONU con sede en Roma -su último cargo hasta el 2018- cuando fue designada como la primera mujer Embajadora de México en los Estados Unidos.

 

¿Qué les parece si mejor les platico mañana la anécdota de mi compañero del programa de la SIP, el corresponsal latinoamericano ante la Santa Sede? Es que se me acabó el espacio contándoles la historia de otro de mis camaradas de aquellos años.

“Bueeeeeno, está bien”, responde la irreverente de mi Gaby.

placido.garza@gmail.com

PLÁCIDO GARZA. Nominado a los Premios 2019 “Maria Moors Cabot” de la Universidad de Columbia de NY; “Sociedad Interamericana de Prensa” y “Nacional de Periodismo”. Es miembro de los Consejos de Administración de varias corporaciones. Exporta información a empresas y gobiernos de varios países. Escribe su columna diaria “IRREVERENTE” para prensa y TV en más de 40 medios nacionales y extranjeros. Maestro en el ITESM, la U-ERRE y universidades extranjeras, de distinguidos comunicadores. Como montañista, ha conquistado las cumbres más altas de América.