Irreverente

A mí ni con carnet de periodista me han dejado entrar a las mañaneras 4veces4, y el espontáneo de hoy casi abraza al presidente y nadie se le paró en frente para... pedirle su acreditación de prensa.

Les platico: no quiero ser mal pensado, pero lo que vimos en la conferencia de prensa de éste lunes 1 de marzo en el palaciego Salón Tesorería, me gusta para que sea otro showcito más que busca desviar la atención para seguirle dando pan al pueblo bicicletero, que con esas cosas se entretiene y se olvida de lo trascendente.

Confieso que estoy cayendo en la trampa al dedicarle este espacio al incidente de marras.

Los medios mexicanos deberíamos ser como los gringos, que cuando un espontáneo se mete al campo de juego, las cámaras de televisión enfocan para otro lado y en las reseñas de los que cubren el partido, no se menciona para nada el incidente.

Acaba de ocurrir en el Súper Bowl LV de Tampa Vs. Kansas City, cuando un tipo se arrancó corriendo desde media cancha hasta que fue tackelado por un oficial de seguridad.

Si supimos de tal incidente fue porque las redes sociales no respetan códigos, y con que un solo aficionado en la zona de diagonales haya subido el video a su cuenta de twitter, fue suficiente para que medio mundo se enterara.

Lo que pasó hoy en la mañanera me hizo recordar la época de los streaker, cuando en los años 70 se encueraban para llamar la atención de los medios, y ya que los policías los cogían (agarrar, nomás los que tienen garras, no sean mal pensados), ya en el bote, bien cubiertos, soltaban arengas como ésta: "esot fue para protestar contra la matanza de ballenas en el Mar de Japón".

O simplemente lo hacían en un afán exhibicionista, como Robert Opel, cuando en plena ceremonia de los Oscar de 1974, apareció desnudo mientras el actor David Niven presentaba le premio para Elizabeth Taylor.

Si quieren ver los detalles de ese hecho, aquí les dejo la liga del artículo que escribí el 10 de febrero de 2020 en éstas mismas páginas:

Y el Oscar fue para… La mejor improvisación es perfectamente planeada, aquí.

En aquella ocasión, Niven le arrebató el show al encuerado, al decir, sin inmutarse, la famosa frase, que hasta ni el mismo Justo Elorduy sabía que había dicho: "“Qué lástima da ver que un hombre, para llamar la atención, tenga que exhibir sus miserias”.

Con eso, el fallecido actor inglés le arrebató el show al espontáneo y pasó a la posteridad por su capacidad de improvisación, que no fue tanta, como se enterarán si me hacen el favor de darle click a la liga con mi artículo del año pasado. Gracias.

La diferencia de lo ocurrido en 1974 a lo de hoy, es que hubo talento de sobra hace 47 años... y brilló por ahora por su ausencia, para manejar este tema.

También me acordé de la vez que Michael Fagan se metió una madrugada del verano de 1982, hasta la recámara de la reina Isabel II y muy quitado de la pena se puso a platicar con ella, después de haberse chutado una botella de vino, que después dijo que era de muy mala calidad.

La soberana nunca quiso decir qué fue lo que Fagan le dijo casi al oído, y el intruso tampoco soltó sopa.

Entonces, les anticipo esto: así como sigue siendo un misterio lo que Isabel II y el espontáneo de Buckingham platicaron hace 39, lo será también el cuchicheo que se aventaron el chavo con tapa bocas negro de la mañanera, y el presidente sin tapa bocas...

CAJÓN DE SASTRE

"Puro show, eso es lo único que saben hacer los del palacio nacional y los de la 4T", dice la irreverente y dubitativa de mi Kalifa.