En el pasado, la imagen del Maestro era irremediablemente de respeto y autoridad. No había forma alguna de pensar que no sabía, que no podía o que se equivocaba. Era la viva muestra de la perfección y sabiduría.

Cuando el maestro entraba al salón de clases, uno se tenía que poner de pie. Hasta que el maestro indicara que los alumnos nos podíamos ya sentar, lo hacíamos. Imagino que los maestros de antaño estudiaban y se preparaban para ser eso, Maestros, porque les gustaba enseñar, la docencia, porque le gustaba estar con niños y niñas y jóvenes y compartir sus conocimientos.

No sabría decir si al maestro del pasado le pagaban bien o mal.

Todos parecían estar conformes, quizá habían sindicatos, algún maestro inconforme, pero era extrañísimo que hubiera rotación de profesores. Empezabas el ciclo escolar y terminabas el ciclo escolar con el mismo.

De ahí la emoción y los nervios de cada inicio de clases, conocer a los “nuevos profesores”.

Que un maestro te llamara la atención generaba mucha vergüenza. Que un maestro te adulara y te afirmara enfrente del grupo como un alumno que algo hizo bien hacia que todo tu día tuviera sentido y emoción.

Se te llenaba el alma de orgullo.

Que un maestro plasmara una calificación reprobatoria era un golpe en todos los sentidos, prácticamente sentías que el mundo se te venía encima. 

Que un maestro te diera una buena calificación significaba haber conquistado el mundo. Cada palabra de un maestro nos marcaba a todos. Habían claro, los crueles, aquellos que te decían que “no servirías para nada “ y llevabas tatuada esa creencia durante años y había Maestros que te decían  “Eres ingeniosa , creativa e inteligente” y eso te impulsaba a creer en ti.

Tengo recuerdos de muchos de ellos que transitaron a lo largo de mi vida , que me enseñaron muchas cosas y otros que también descargaron sus frustraciones en muchos de nosotros. Pero tenían tal poder : Ese poder inmenso de aprobarte o reprobarte al final de todo , como si tuvieran tu vida en sus manos .

Ellos decidían . Habían los que te querían y los que te odiaban. Quizá les recordaría algo de su niñez ¿o es que en verdad era odiosa? 

El maestro de hoy ya no es el de ayer ni nunca lo será. El maestro de hoy es aquel que se dedica a dar clases por necesidad, no por sentido de vocación y amor a la docencia. Quizás quisieron ser actores, tal vez cantantes, arquitectos , ejecutivos, pero la vida no les dio la oportunidad, el país , su país, las condiciones que los rodearon y terminaron dando clases.

Enfrentándose a una generación que ya no respeta a nadie , ni a sus propios padres .

Trabajé hace muchos años en un colegio de niños ricos. Estaba como suplente de otra maestra que era española y se había ido a tramitar su permiso para trabajar en México .   Niños fifís diría Obrador, niños que se sentían con poder ( he de decir que en ese colegio están los hijos de Luis Miguel ahora como chisme farandulero) eran arrogantes y agresivos con los maestros. Alguna vez uno de los alumnos de preparatoria me empujó y me tiró al suelo porque le llamé la atención, una de las chicas me defendió y me ayudó a pararme. Tomé mis cosas y me salí del salón.

Los demás profesores en el salón de “descanso” me decían que “aguantara”.

Recuerdo que una maestra me dijo “Claudia, tú aguanta, aquí pagan muy bien, tú da tu clase en el pizarrón, no les hagas caso, das tu clase por vista y se acabó“. Esa no era mi idea de la enseñanza.

 No iba a aguantar por dinero groserías y altanerías de nadie.

La Directora jamás me defendió. Me dijo que me perdía de una gran oportunidad de trabajo pero nunca me defendió.

Prefería quedar bien con los alumnos y padres a proteger al maestro.

Y me fui de ahí. Hoy no quiero pensar en qué acabará la educación en México: Hoy con solo asistir estás aprobado, el niño ya no distingue ni identifica al Maestro como figura de autoridad, el Maestro es su igual y nada más.

Y el niño o joven se le pone al tú por tú.

Claro, aplaudido y apoyado por Padres de Familia que aplauden lo que hace su rey o su reina . 

Los maestros entonces se encuentran indefensos, obligados a ser maestros cuando jamás pensaron ser, ofendidos y mal pagados, es evidente que no aguantan. Hoy en día la rotación de Maestros es inmensa.

Es difícil que un Maestro termine el ciclo escolar. Muchas veces no aguantan. Me compadezco de ellos por tener que aguantar tanto por tan poco pero a la vez uno se pregunta por qué tuvieron que tomar ese camino si no era el que querían.

Afortunadamente todavía hay maestros con vocación y alumnos que respetan pero cada vez son los menos.

Los alumnos de escuelas privadas se sienten con el derecho sobre el Maestro, lo sienten su empleado o trabajador.

No se diga en las escuelas de Gobierno, ahí nada. No hay ganas de nada en públicas y privadas. Y ahora todo este movimiento de la SNTE y de la CNTE son meros movimientos políticos con personajes que nada tienen que ver con la docencia y que se rigen por otros intereses.

Los demás Maestros los verdaderos , olvidados y desprotegidos . Sin mucha oportunidad de pelear nada, lo intentan y a veces no lo logran . Habría que replantearse la importancia del Maestro y sobre todo, enseñarle a nuestros hijos lo valiosos que son, lo importante que es respetarlos y admirarlos.

Y enseñarles que son autoridad.

Mis respetos a todos los Maestros que ejercen su profesión ahora, ya sea por vocación o necesidad , como sea tienen un gran reto todos los días que enfrentar .