Hoy se cumplen cien años de que el primer ejemplar de El Porvenir, salió a las calles de Monterrey para informar a su comunidad del diario acontecer regiomontano.

Durante un siglo, “el periódico de la frontera” como se le llamó durante largos años, ha sido testigo y ha relatado el devenir de la industriosa Sultana del Norte.

Grandes plumas han desfilado por su redacción y han engalanado sus páginas; excelentes fotógrafos y caricaturistas han plasmado su arte en las ediciones del que hoy es uno de los decanos de la prensa en México.

Nací y viví mi infancia, así como mi adolescencia, leyendo a diario sus páginas. Los nombres de muchos periodistas se fueron grabando en la memoria porque al tiempo que me informaba, me formaba. En la década de los 60’s, el nombre de don Rogelio Cantú se quedó en mi mente al lado de otros muchos grandes empresarios regiomontanos.

Alguna vez siendo niño soñé que un día escribía en El Porvenir y con el paso del tiempo aquel sueño se cumplió. No tuve el privilegio de trabajar al lado de don Rogelio, pero sí la enorme oportunidad de conocer a muchas de aquellas grandes plumas que deslumbraban por su calidad. Citar sólo a algunos sería cometer un serio pecado de omisión al excluir a tantos.

He tenido la fortuna de poder tratar a los hijos de don Rogelio, así como a su señora esposa doña Alicia (QEPD). De todos, siempre, recibí un trato afectuoso y cordial, no una simple relación laboral, sino la confianza y fraternidad de considerarte más amigo que un empleado, siempre les estaré agradecido por su cariño y bondad, por todo lo que ahí aprendí y por lo que me permitieron desarrollarme como profesional y ser humano.

Con Jesús dedicado a otros menesteres tras un brillante paso por la dirección, el menor de los Cantú Escalante, José Gerardo, ha logrado con mano firme en el timón llevar el barco al centenario de vida, lo cual se dice fácil, pero ha significado un enorme esfuerzo y una transformación constante.

Hoy, con orgullo, puedo decir que estoy también de fiesta porque una parte de mí, como estoy seguro de todos los que alguna vez ahí trabajaron, se ha quedado en ese sitio mágico y lleno de historias, donde muchos hombres y mujeres han entregado sus mejores esfuerzos por hacer un periodismo de servicio, comprometido con su comunidad.

¡Felicidades y que El Porvenir siga existiendo por muchos años más!