Vistos los resultaos, habría que ir pensando en promover al Presidente del Patronato de Bomberos de Nuevo León, Gilberto Federico Allen, para que ocupe un puesto relevante en el gobierno, ya del Estado o de la Federación, a juzgar por lo que se supone ha hecho con las finanzas de los apaga-fuegos.

Allen llegó al Patronato de Bomberos en agosto pasado cuando fue designado luego de que todo el consejo anterior fue destituido en medio de un enorme escándalo por presuntos malos manejos. Se habló entonces de auditorías y hubo muy graves acusaciones contra personas.

Ayer el titular del Patronato negó que tuviesen una crisis económica y por el contrario, afirmó que el cuerpo de bomberos está en uno de sus mejores momentos, cuando inauguraban su estación número 16 en el área metropolitana.

Sin embargo y a pesar del enorme ruido que se vivió el año anterior, nadie ha dicho nada del resultado de las auditorías, nadie ha declarado que todas las cosas estaban correctas y que las suposiciones de malos manejos eran incorrectas, porque de haber sido correctas tampoco nadie, hasta donde sabemos ha sido acusado ante las autoridades competentes.

El “trucazo” no lo hace tan bien ni David Cooperfield ni el añorado “Magazo Beto el Boticario”.

Por declaraciones así y esconder la verdad es que la gente termina perdiendo la confianza en las instituciones y Bomberos de Nuevo León, lo digo con absoluto conocimiento de causa, no merece que lo traten así. Si se levantaron las enaguas para enseñar los calzones, lo mínimo es aclarar, de manera amplia, extensa y suficiente, cómo fueron y sobre todo cómo se resolvieron las cosas.

Negar el pasado pretendiendo un buscar un “olvido” no es la respuesta. Fueron los bomberos los que prendieron la lumbre y a ellos les toca apagarla. ftijerin@rtvnews.com