La elección presidencial está de risa.

 

Los mexicanos hacen de risa una tragedia, y la sucesión presidencial no es la excepción. Abusando de este defecto, o virtud, les narro la siguiente historia.

 

Entendida la situación y con la noticia de que todos los aspirantes acudirán al programa Tercer Grado ¿de primaria?, los invito al salón de los candidatos, o mejor dicho, de los candidatitos.

 

En el salón de 3A estudian 4 niños no tan destacados, el hijo del director Salinas, Peñita, la niña Pina, el aislado Gabrielito y el Pejejito. Para no desentonar con la buena educación del país, ¡Buenos días maestra Elba Esther!

 

Los alumnos realizan un examen sobre la materia de desarrollo social, cuando la maestra sorprende a Peñita copiándole una propuesta al Pejejito, al ser hijo del director, la maestra Gordillo "se hace de la vista gorda". Pina se molesta y exclama: —¡maestra, está copiando, no es justo, a mí nadie me regala nada, yo estudio como buena niña de casa!

 

Ante la presión, la profesora le aplicaría la sanción a Peñita, hasta que se escucha la voz de Gabrielito donde se declara culpable del plagio y salva a su amigo Peñita.

 

Entre tanto revuelo el Pejejito aprovechaba para escribir los poemas amorosos de siempre, exigiendo además la expulsión de Peñita con todo y su novia la gaviota, la niña consentida de las mamás.

 

Los niños se salen de control, Pina lanza borradores con compromisos incumplidos, el Pejejito llama a sus amigos de la Ibero para que lo ayuden, Gabrielito huye en su combisita, Peñita saca la lista y enseña las faltas de Pina, le lanza al Pejejito a su amiguito Azcárraga.

 

El salón está en caos y nadie puede salvarse de un buen borradorazo.

Los niños del salón de enfrente no saben lo que sucede, sólo conocen a estos rebeldes porque los pasillos están llenos de cartulinas con sus fotos.

 

El clima de conflicto parece tener final el primero de julio, donde los demás niños del salón decidirán quien es su nuevo jefe de grupo.

 

Ricardo Palavicini @CrudaPolitica