La Universidad Autónoma de Nayarit enfrenta la peor crisis de la cual tengamos memoria. El diseño institucional que respondió a circunstancias y liderazgos de otras épocas se agotó por completo.

Ahora mismo para levantar la huelga -de académicos y trabajadores- de requieren 500 millones de pesos para cubrir quincenas pendientes, los sueldos y las prestaciones de fin de año.

La difícil situación que vive la universidad ha obligado a los sectores tradicionales y a la propia autoridad de rectoría a ceder en los procesos de negociación de los últimos días con los gobiernos del Estado de Nayarit y de México al modificar en parte sus contratos colectivos de trabajo como condición para acceder a los recursos económicos que permitan superar la crisis.

Sin embargo, se debe apuntar que esta es sólo una parte de una reforma necesaria de mayor calado para dar viabilidad en el futuro.

En una misiva pública dirigida días atrás al rector de la Universidad Autónoma de Nayarit le expresa que “las crisis son un espacio de oportunidad, la coyuntura propicia que aún con cierto grado de incertidumbre también es la ocasión para un nuevo comienzo y la posibilidad de terminar con mitos y realidades que han acompañado durante años a nuestra alma mater y aprovechar la circunstancia de cambio que vive el país, transparentar todo y hacerlo público”.

Se requiere entonces un ejercicio de honestidad y transparencia de cara a la sociedad Nayarita, en el manejo de los dineros público y su aplicación, un proceso interno que modifique las actuales relaciones de poder y toma de decisiones, que imprima nuevas dinámicas y superen las ideas tradicionales.

Es la oportunidad de recuperar y consolidar a la Universidad como el espacio de crecimiento de nuestros jóvenes que son presente y futuro.

No serán los discursos estridentes quien salven a la universidad, mucho menos la noche de los cuchillos largos, sino por el contrario será la sabiduría y corazón de los buenos Universitarios quienes la pongan a salvo.

El fuchi guácala es la oportunidad para un nuevo comienzo, los universitarios todos y solo ellos tienen la última palabra, por supuesto con los ojos de la sociedad Nayarita puestos en ellos porque nuestra alma mater es la casa de tod@s.