La renuncia del Ministro Eduardo Medina Mora, cayó como cubetazo de agua fría en el Poder Judicial, hombre cercano al primer círculo del poder en los últimos sexenios, donde fungió como director del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN), Secretario de Seguridad Pública, titular de la Procuraduría General de la República (PGR), Embajador de México en Reino Unido y los Estados Unidos, le bastaron un par de párrafos para presentar su renuncia al Presidente de México a su encargo de Ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), cargo que habría de concluir en 2030.

Su dimisión cobra relevancia al leer el Artículo 98 de la Constitución, que establece, que “las renuncias de magistrados solamente procederán por causas graves”, surgen entonces algunas interrogantes, ¿cuál es la causa grave para una tan abrupta renuncia? ¿tan demoledora es la investigación de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) para propinar un nocaut técnico de ese tamaño?, ¿qué más información puede tener el gobierno de Reino Unido y los Estados Unidos sobre las transferencias millonarias en los últimos tres años del -ahora- ex ministro?

Lo cierto es que la veracidad de cualquiera de estas interrogantes es un golpe directo al corazón del Poder Judicial hasta hoy intocable. Es momento entonces abrir el debate sobre la necesidad de una profunda reforma a nuestro sistema de impartición de justicia, que permita sentar las bases de una nueva idea de la justicia en México en los tiempos actuales. Si es así, necesario entonces incluir nuevos términos hasta ahora excluidos, como la democratización y fiscalización del Poder Judicial. Urge entonces una fuerte sacudida que trastoque los intereses creados y se corte de tajo la corrupción que hoy impera.

Una profunda reforma al sistema judicial debiera alcanzar no solo a la cúpula sino alcanzar la geografía nacional y tocar base en las entidades federativas donde se padecen los mismos males.

En nuestra entidad -Nayarit- por ejemplo, tres acontecimientos en los últimos meses confirman nuestro dicho. 1.- La detención del ex fiscal por autoridades norteamericanas por sus vínculos con el crimen organizado. 2.- El fraude del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (INFONAVIT) donde se han visto involucrados magistrados, jueces y funcionarios menores. 3.- Hace unos días un juez local vinculó a proceso a una Presidenta Municipal, autoridad legalmente constituida en el municipio de Compostela.

Hoy más que nunca urge una profunda reforma, que separe el poder económico del poder político en el Poder Judicial.

Mientras ello sucede, debemos tener presente el refrán que dice “que cuando ves que algo acontece a tu alrededor, lo mismo te puedes pasar a ti, así que debes estar preparado o evitarlo”.

Seguro entonces, el Poder Judicial a poner barbas a remojar.