Está muy de moda los asuntos de la responsabilidad social, de hecho, se acaba de aprobar la ley NOM 035 “Factores de riesgo psicosocial”, se trata de detectar en los trabajadores, las condiciones adecuadas para su buen desempeño laboral o detectar lo que les impide realizarlo al 100%, como puede ser carga de trabajo, estrés excesivo, carencia de herramientas o equipo de seguridad adecuado, uno de esos factores importantes es saber qué hacer en caso de una contingencia.

Muchas veces queremos hacer bien las cosas pero no sabemos cómo hacer lo correcto, lo podemos ver por ejemplo en el caso del covid-19 en los países de China e Italia, son la misma crisis de salud atacada de diferente forma, en el caso de China es el país que más contagiados tiene en el mundo, pero es el primero en controlar el número de contagios, en el caso de Italia el sector salud colapsó y tuvieron que hacer declaraciones del tipo hundimiento del barco “los niños y mujeres primero”, decidieron no atender a la gente mayor que contrajera el virus para darle prioridad a la gente con mayor probabilidades de recuperación.

No es que se deshumanicen las autoridades, es el caso de darle prioridad a quienes se les debe dar prioridad. China supo qué hacer a tiempo y lo hizo a tiempo, Italia sabía que hacer y no lo hizo a tiempo, China tiene una población de 1430 millones de personas y hasta la fecha se han contagiado poco más de 80 mil chinos, en el caso de Italia tiene un población de 60 millones y se han contagiado 28 mil italianos, pero el gran problema, es que la tasa de mortalidad de los contagiados en China es menor al 1% en Italia es del 10%.

La clave de la disminución del riesgo es saber qué hacer. Hace tres semanas en el golfo de México en uno de los navíos llamados DP´s al servicio de la industria petrolera, se llevó a cabo un simulacro protocolo de sospechoso de portador de coronavirus, con base en lo señalado en la Organización Mundial de la Salud e imitando en forma secuencial 10 fotografías y dos videos, la ejecución de los protocolos aplicados en China. Esta embarcación tiene capacidad de hospedaje de poco más de 200 personas.

Por asunto de confidencialidad empresarial solo vamos a referirnos al navío, a la persona de recursos humanos RH y al doctor. El simulacro fue dirigido por el RH a bordo junto con el doctor a bordo, dando instrucciones a los participantes, tripulación y personal de trabajo, se hizo la simulación de la detección de un caso sospechoso, al habérsele detectado los síntomas concernientes a la portación del virus, tos, fiebre mayor a 38 grados y síntomas parecidos a los de gripe, la doctora y el RH, utilizando un traje completo de aislamiento para la protección contra el virus, procedieron a llevar a la persona detectada a un cuarto de aislamiento en donde se procedió a realizarle la revisión de rutina para checar la temperatura, los ojos, la garganta, identificando los síntomas correspondientes, la persona permaneció aislada y se procedió a revisar las demás personas que lo rodeaban en su trabajo, aislándolos en otro cuarto, se envió el reporte correspondiente a tierra y se esperó el transporte aéreo para que el sospechoso portador fuera trasladado a la brevedad posible al hospital, fin del simulacro.

Lo impactante aquí, es que este simulacro, se realizó el 28 de febrero , en un navío del sector petrolero de una empresa privada ubicado en el Golfo de México en preparación de una posible contingencia y de hace tres semanas para acá, se han conocido de muchos casos de arribo de portadores del covid-19 al país y no se observa que se apliquen protocolos de seguridad, todos sabemos de parientes o amigos que recién regresaron de Europa o incluso de países orientales y a su regreso nadie los revisó, o de las cruceros turísticos que han arribado a Cancún, por ejemplo y nada.

Claro que tenemos hasta ahorita la fortuna de vivir en México y tener temperaturas superiores a los 26 grados y el protocolo que hasta ahorita ha sido efectivo, pero no deja de ser irresponsable.

Es en exceso importante las reglas básicas de salud, como taparse la boca al toser o estornudar, con la parte interior del codo para evitar la propagación de virus, pero una enorme cantidad de mexicanos les re vale una reverenda miaja, a la hora de estornudar, por ejemplo, hasta se impulsan cual, si fueran un porcino para abrir el hocico y lanzar su estruendoso estornudo como si estuviesen participando en un concurso, menos tendrán como norma evitar escupir.

Gracias al señor que vivimos en México y contamos con condiciones favorables para un caso como el coronavirus, pero, ¿y si no fuera así?, seguramente nos recordaríamos lo bien que actuaron las autoridades en aquella ocasión que se inició en México con la influenza hasta que se convirtió en pandemia, pero sobre todo con gran responsabilidad y sin estar minimizando los posibles efectos.

Don Julio, hablemos de política

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