El esperado domingo donde los mexicanos iremos a votar o eso se supone porque es domingo y unos van a amanecer crudos, otros tendrán flojera, habrá otros que dirán hay que ver el fútbol con los amigos y no saldrán a votar.
Ese domingo se define el futuro de México pero aún no tenemos una conciencia democrática sólida de responsabilidad que nos lleve a todos o la mayoría a votar, espero me equivoque.
Ese día cualquiera puede ganar porque una cosa es todo lo que se dijo en la campaña, que genera un puño de ideas y odios, otra muy distinta lo que ocurre en tierra ese día. No es una novedad que a primeras horas de la mañana los partidos políticos movilizarán a sus simpatizantes aquellos que están dispuestos a votar por sus candidatos y los partidos políticos les facilitan los medios para hacer que ese voto llegue a la casilla.
Es posible que Andrés Manuel pierda porque hay un buen número que solo está esperando en ver con toda claridad quién es el segundo lugar para dejarle caer toda la fuerza y el apoyo, en resumen, la mafia del poder unida jamás será vencida.
No hay que descartar que hay personas que aún no sabe ni por cuál y le puede dar el voto a cualquiera, en una de esas el Bronco gana, a lo que voy con esto es que hay tantas cosas que se dicen que circulan, las encuestas, lo que dicen los compadres y al final de todo eso no es un hecho aún, son tantos factores que nos podemos llevar la sorpresa de que cualquiera pueda ganar la elección.
Caras vemos operatividad y acarreo no sabemos, ahí está Silvano del PRD a favor de Meade y se sabe por ejemplo en Querétaro que el Gobernador de dicho Estado no se lleva con Anaya a pesar de ser del mismo partido, así que aquí eso de los partidos y alianzas es pura imagen, por eso es un misterio lo que pasará ya que nadie sabe con certeza para dónde va el golpe de los aliados y adversarios.
La campaña pareciera que es un concurso de popularidad, de quien es más carismático y olvidamos que estamos viendo a quien contratamos para ser Presidente, hay que analizar bien quién podría hacer mejor la chamba.