Los Juegos Olímpicos iniciaron y las especulaciones sobre la participación de los atletas mexicanos en la máxima justa deportiva aparecieron. El panorama es similar al de cada 4 años en materia de medallas.

 

No es para sorprenderse que de los 102 atletas que conforman la delegación mexicana en Londres 2012 sólo unos cuantos logren colgarse una medalla que los reconozca entre los mejores del mundo en su categoría. Tomando en cuenta el fútbol como una sola presea, no podemos esperar una cifra mayor a 10 medallas.

 

Hablando de fútbol, puede significar también una carga, por qué digo esto, porque es una banda que cega nuestros ojos, los ojos de las instituciones, de miles de niños y jóvenes que desean practicar deporte, que no permite ver más allá de un campo de pasto, que no permite ver la variedad de disciplinas que existen, impide ver el tiro con arco, los clavados, el tae kwon do, donde hemos descubierto que tenemos capacidades.

 

En México no importan los resultados ni los Juegos Olímpicos. Londres como Beijing, Atenas y Sidney no generarán un cambio radical en el país en materia deportiva. Los Olímpicos sirven cada 4 años, sirven para elevar los ratings televisivos, de propaganda, pero no inspiran a los organismos a desarrollar atletas de alto rendimiento en grandes volúmenes. En México el deporte no es prioridad. En el país, lo bueno, lo importante es la política. Para las campañas, tomas de protestas, discursos, mítines, conflictos y más, se pintan solos los dueños del poder. En México se destinan miles de millones de pesos en instituciones que no realizan un buen trabajo, en funcionarios públicos con sueldos incomprensibles, otros millones se van al caño en actos de corrupción, ¿y el deporte? abandonado.

 

Si bien México consigue medallas no son más que chispazos en un oscuro túnel de obstáculos que hasta el mismo país le pone a sus deportistas, son atletas que a pesar de todas las trabas e impedimentos logran en base a trabajo, disciplina y talento poner en alto el nombre de México, ilusionando a las más nuevas generaciones. Imagínese que pasaría con un apoyo y fomento digno al deporte mexicano como se da en países similares al nuestro ¡imagínese!