No, no se trata de ninguna nación africana ni de algún país de medio oriente, se trata de Guerrero, que se sepa, sigue siendo territorio mexicano, o al menos eso dice el discurso.

La imagen de casi una veintena de niños de entre 12 y 15 años armados y que “están siendo entrenados para combatir la violencia que se ha agudizado en la región” debería de darnos vergüenza a todos los mexicanos.

Como digo, se trata de Guerrero, ese paradisiaco estado del cual los capitalinos se acuerdan cuando hablan de Acapulco… o de Taxco.

El resto de Guerrero no lo conocemos, ni lo vemos, ni lo queremos conocer ni ver.

Dicen versiones que la aparición de este comando infantil se debió a la masacre del grupo musical “Sensación” emboscados en Chilapa de Álvarez a la altura del tramo Mexcalzingo-Tlayelpa.

Pero ahora sí, que como decimos acá en Monterrey, haiga sido como haiga sido, ¿que ya no hay hombres en Guerrero y en todo México?

Aunque se trate de una maniobra apantalladora, ¿por qué convertir a los infantes en carne de cañón?

Vuelvo al caso de los músicos masacrados: “Los atacantes abrieron fuego contra dos camionetas en las que viajaban asesinado así a los diez músicos , posteriormente cinco de ello fueron calcinados y los demás desmembrados”.

En qué cabeza cabe que esa clase de demonios que se atreven a cometer estos atroces crímenes se van a contener ante un niño, que en vez de cargar un fusil debía de estar entretenido con algún juguete.

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