Por alguna misteriosa razón, la mayor parte de las personas en las redes sociales, cuando observa un encabezado de un supuesta noticia que le parece interesante o escandaloso, no se toma ni siquiera la tarea de leer lo que se encuentra o la nota y mucho menos en verificar que la fuente noticiosa sea confiable, por lo que estamos inundados de noticias falsas.

De hecho, estas noticias falsas hasta causaron pánico entre la población hace algunas semanas, cuando se propagaron rumores acerca de levantamientos en diversas partes del país, en los que se hablaba de muertos y gasolineras quemadas.

Inventar noticias deliberadamente para engañar o entretener no es algo nuevo. Pero la llegada de las redes sociales hizo que las historias reales y las ficticias se puedan presentar de una manera tan similar que a veces es difícil distinguir entre ellas.

Si bien es cierto que internet ha permitido el intercambio de conocimiento a una escala con la que generaciones previas sólo podían soñar, también ha fundamentado lo que el ensayista Jonathan Swift escribió en 1710:

“La falsedad vuela y la verdad viene cojeando tras ella”.

En Estados Unidos, por ejemplo, una investigación del Pew Centre reveló que el 62% de los estadounidenses adultos reciben noticias a través de las redes sociales, de manera que es cada vez más probable que más de nosotros estemos viendo -y creyendo- información que no sólo no es precisa sino que a veces es totalmente inventada.

Hay cientos de sitios web de noticias falsas, desde las que imitan diarios reales, hasta sitios de propaganda gubernamental, y otras que se mueven por la fina línea que divide la sátira con la desinformación.

Uno de esos medios es The National Report, que se promociona como "la primera fuente de noticias independientes de EE.UU.", fundada por Allen Montgomery (no es su nombre real).

"Hay veces que es como una droga", le dijo Montgomery a la BBC.

"Es genial ver cómo el tráfico sube y cómo pescaste a la gente con la historia. ¡Me divierte mucho!".

Una de las más grandes de esas historias fue sobre una ciudad de EE.UU. que supuestamente estaba siendo acordonada debido a una enfermedad mortal.

Según explica Montgomery, han perfeccionado el arte de hacer que la gente lea y comparta las noticias falsas que The National Report les ofrece.

"El nombre mismo del sitio es parte de la fórmula: tienes que tener un sitio para tus noticias falsas que se vea lo más legítimo posible".

"Obviamente, el titular es clave. La gente deja de leer después del titular y los dos primeros párrafos, así que si estos suenan como noticias legítimas, puedes hacer lo que quieras con el final de la historia, hasta volverla ridícula".

Pero, ¿por qué lo hacen? La respuesta es: serias cantidades de dinero. Sitios como The National Report atraen publicidad de manera que pueden ser muy lucrativos.

Esas potencialmente abultadas recompensas seducen a los dueños de páginas web a abandonar los chistes satíricos y empezar a producir contenido más creíble que tiene posibilidades de ser más ampliamente compartido.

Y a las agencias de publicidad les interesa eso: que la gente comparta, pues la idea es que más personas vean lo que venden, sin importar si lo ven acompañado de mentiras. "Algunas de nuestras noticias nos han dado US$10,000. Cuando damos en el clavo e impulsamos esas historias, ganamos miles de dólares", dice Montgomery.

¿Debe preocuparnos que existan estos sitios de noticias falsas? Brooke Binkowski de Snopes, uno de los sitios más grandes de chequeo de información que lucha contra la desinformación, piensa que aunque puede que no sea peligroso que circulen una que otra historia falsa su potencial para causar daño aumenta con el tiempo. "Hay mucho sesgo de confirmación: mucha gente queriendo probar que su visión del mundo es la apropiada y correcta", explica.

Y es precisamente eso lo que Allen Montgomery dice que su sitio de noticias falsas trata de explotar: la idea de reforzar las creencias y confirmar con mentiras los prejuicios de la gente.

"Constantemente tratamos de sintonizarnos con los sentimientos que sospechamos que la gente tiene o quiere tener. Recientemente publicamos una historia que decía que a Hillary Clinton le habían dado las respuestas antes de un debate. Ya había algunos rumores sobre eso -todos falsos-, pero ese tipo de titulares entra en la burbuja de los de derecha y son ellos los que mantienen viva la historia".

Craig Silverman, quien trabaja en Buzzfeed liderando el equipo que estudia los efectos de las noticias falsas, explica cuán fácil es que ese tipo de historias terminen siendo reportadas como ciertas en los medios tradicionales. "Una página de noticias falsas publica un embuste y, como recibe mucha atención en las redes sociales, otro sitio web lo toma, escribe la historia como si fuera verdad y no la vincula a la página de noticias falsas original. Eso provoca una reacción en cadena hasta que algún periodista de un medio creíble la ve y escribe algo sobre ella. Como los periodistas ahora tratan de escribir tantas historias como sea posible y de que esas historias atraigan muchos lectores y atención en las redes, la tendencia es producir más y chequear menos".

Además, señala Anthony Adornato, del departamento de periodismo del Ithaca College en New York, muchos medios tradicionales no están al día en cuestión de políticas de verificación. "Es común hoy en día que los medios dependan del contenido compartido pero no todas las salas de redacción tienen una política respecto a cómo autenticar esa información".

Un estudio reciente dirigido por Adornato en estaciones de televisión locales de EE.UU. reveló que casi el 40% de las políticas editoriales no incluían guías sobre cómo manejar la información de las redes sociales a pesar de que los jefes de noticias admitieron que más del 30% de sus boletines habían reportado información proveniente de esa fuente que luego resultó falsa o imprecisa.

Según Allen Montgomery, Facebook ya tomó medidas para reducir el impacto de sitios falsos. "Hemos sido uno de los blancos específicos de los cambios en el algoritmo de suministro de noticias. Han ahogado nuestras historias para que no sean compartidas ni gustadas, y no dudo que estén haciendo lo mismo con otros sitios de noticias falsas. Pero la verdad es que si se trata de algo que produce dinero - y esto lo produce- uno apela a la creatividad".

Es por eso que Montgomery ahora tiene 9 sitios de noticias falsas por los que mueve el contenido para tratar de burlar la censura de Facebook.

Pues bien, la red social Facebook anunció que en las próximas semanas lanzará una ofensiva en Alemania para luchar contra la propagación de noticias falsas.

"Para nosotros es importante que las entradas y las noticias que se publican en Facebook sean fiables", subraya la red social en un comunicado en su página en alemán.

Con ese objetivo, la empresa ha cerrado un acuerdo con el portal de periodismo de investigación Correctiv, que se encargará de cotejar las informaciones que se publican en la red social.

La empresa, que se muestra "confiada" en asociarse en un futuro con otras organizaciones del sector de los medios, incorporará mecanismos para que los usuarios puedan marcar una entrada como potencial noticia falsa.

La tarea de Correctiv será la de analizar las entradas sospechosas y en caso de que sean identificadas como informaciones falsas, se incorporará a las mismas una advertencia respecto a su "dudosa credibilidad", así como un enlace, en tanto que posible, a un artículo correspondiente con datos correctos.

Aunque seguirá siendo posible compartir estas entradas, las mismas irán provistas de una advertencia sobre su dudosa credibilidad, agrega el comunicado.

Facebook se siente satisfecha con este avance, pero es consciente, afirma el comunicado, "que todavía queda mucho por hacer".

"Seguiremos trabajando en este desafío e introduciremos esta novedad próximamente también en otros países", anuncia.

Y justamente, por la mala influencia de las noticias falsas y de los malos augures, permítanme hacer mención de un hecho en el que estas circunstancias hicieron de las suyas. Hoy, la aparición de un cometa en el cielo es todo un espectáculo astronómico. Antes era síntoma y augurio de adversidades. La expedición de Pedro Álvares Cabral lo pudo comprobar. Salía de Portugal el 9 de marzo del año 1500 formada por 13 navíos (10 carracas y tres carabelas). Mal número, debieron pensar algunos de los 1.200 hombres que transportaba, incluyendo a soldados bien entrenados en las lides bélicas. En la flota estaba como voluntario Luis de Camoens, que más tarde debía ilustrar en su poema Os Lusiadas el espíritu de aventura de sus compañeros.

Cabral era miembro de la Orden de Cristo, tenía 33 años y sabía que ésta era su gran oportunidad. Desde un primer momento, esta expedición fue propensa al desastre y surgieron toda clase de incidentes e infortunios. Uno de ellos incluso tuvo un final feliz, puesto que fueron desviados por una tormenta hacia el oeste, lo que ocasionó el avistamiento accidental de las costas de Brasil, el 22 de abril de 1500, reclamando este descubrimiento para su país (hoy se ha puesto en duda que fuera tan “accidental”). El 2 de mayo, la escuadra pierde de vista las costas de Brasil y ahí es cuando empiezan a surgir los mayores problemas. El percance más grave ocurrió cuando ya llegaban al final del continente africano y fondeaban por aguas del Atlántico Sur.

Según una crónica lusa, a los doce días del mes de mayo en esa zona ven surgir un brillante cometa en el cielo austral con larga cola, y allí permaneció durante varias noches consecutivas, señalando su cabeza hacia el cabo de Buena Esperanza. A estos marineros del siglo XV, tan llenos de supersticiones, les dio la impresión de que este fenómeno era un mal presagio, habitual en aquellos tiempos. Y no les faltaba razón. Apenas hubo desaparecido el cometa del cielo, las condiciones climatológicas cambiaron. De manera extraña, el viento cesó, pero sólo para retornar con una fuerza huracanada de tal intensidad que desperdigó a toda la flota.

Un barco encalló y se incendió y otro se separó de la flota y se supone que se hundió. Cabral consiguió por fin llegar a Calicut (costa occidental de la India) y tras un breve periodo de tiempo se enemistó con los reyes locales y tuvo que hacerse a la mar a toda prisa perseguido por flechas y bombardear la ciudad.

Llegaría a Lisboa el 31 de julio de 1501 con sólo cinco barcos con su carga completa, dos vacíos y seis se perdieron de las trece embarcaciones con las que había partido.

Diezmados en hombres pero con una fortuna en especias y los descubrimientos geográficos “oficiales” de Brasil y Madagascar, que algo es algo. Lo malo es que aunque se le haya adjudicado a él dicho descubrimiento, se sabe que antes ya estuvieron por esas tierras los españoles Vicente Yáñez Pinzón (en enero de ese año) y Diego de Lepe (en febrero), llegando a la desembocadura del Amazonas, pero no lo reclamaron para la corona de Castilla. ¿Por qué? Se debe al Tratado de Tordesillas (1494), por el que las dos potencias descubridoras de entonces, España y Portugal, se repartían las zonas de influencia fijando una línea de demarcación en uno de los meridianos (situado a 370 leguas al oeste de las islas de Cabo Verde) cayendo los territorios del este de Brasil bajo la órbita portuguesa.