Un comunicado del IFE informó que el próximo debate entre los aspirantes a la presidencia contará con más flexibilidad en su formato, como encuadres de cámara, micrófono abierto para eliminar los atriles y mayor tiempo para la exposición de propuestas. El IFE calcula que el debate pueda durar 150 minutos. También propone la participación de dos moderadores, con perfil periodístico, que puedan cuestionar a los candidatos, y que la producción esté a cargo de un medio público como TV-UNAM, Canal 11 o medios educativos y ¡culturales!

 


Menos mal que no se propuso que lo organice la Ibero.

 


De cualquier forma estas nuevas especificaciones necesariamente meterán a Enrique Peña Nieto, “el puntero”, en camisa de once varas.

 


¿Se imagina usted si una de las moderadoras elegidas fuera Carmen Aristegui?

 


No, bueno, eso sí sería la tumba del candidato del PRI.

 


Si los partidos aceptan los cambios y ninguno se opone, va a suceder lo que dijo el escritor Carlos Fuentes en una de las últimas entrevistas que concedió.

 


“Peña Nieto tiene derecho a no leerme, a lo que no tiene derecho es a querer ser Presidente de México a partir de la ignorancia…No quiero ni pensar que Enrique Peña Nieto pueda ser Presidente de la República…Espero con deleite el debate público entre López Obrador y Peña Nieto, me lo imagino, un desastre para Peña Nieto. López Obrador, estarás a favor o en contra, es un tipo muy rápido, muy hábil y bien informado, y el otro no, de manera que va a ser una mascare, yo creo”.

 


El tiempo de Carlos Fuentes se agotó y no pudo llegar al segundo debate, que con estas modificaciones puede resultar una demostración pública de la ignorancia de Peña Nieto, como él lo vaticinó.


Descanse en paz Carlos Fuentes