Habrá quien me pueda debatir el título de este escrito; quizá fue en su tiempo un mejor negocio para Carlos Slim haberle comprado Teléfonos de México al Gobierno Mexicano o el lanzamiento del iphone o cualquier otro, pero la magnitud de los ingresos que se pueden generar para el Gobierno Norteamericano con lo que aquí propongo debiera de llamar la atención de cualquier hombre de negocios hábil e inteligente, como el señor que ocupa por los próximos cuatro años la Casa Blanca.

De acuerdo al Pew Research Institute el número de extranjeros sin autorización para trabajar, es decir, los despectivamente llamados "ilegales" en los Estados Unidos podría llegar a unos 11 millones de personas.   La inmensa mayoría de ellos trabajan y no pagan impuestos o lo hacen utilizando números de Seguro Social falsos.

Estas personas efectivamente violaron la Ley al entrar o permanecer en este país por más tiempo del que les fue autorizado.   El gran dilema del Gobierno Trump es deportar a este universo de personas con el gran costo que esto conlleva o aceptar que se pueden quedar y trabajar, lo cual choca con la idea de que los Estados Unidos son un país de leyes y por ende el Estado de Derecho estaría siendo violentado.

Y qué tal si se impone una multa alta, altísima, digamos $ 25,000 por persona que quiere obtener un permiso de trabajo, por ejemplo por 10 años para trabajar y poder entrar y salir del país sin miedo a que les fuera negada la entrada, este documento ya existe y se utiliza para otros trámites, su nombre es Employment Authorization Document with Advance Parole.

Esta multa multiplicada por 11 millones de personas, nos resulta en un ingreso para el Gobierno de los Estados Unidos de Doscientos Setenta y Cinco Mil Millones de dólares o 275 billones en inglés.     ¿Qué de dónde va a sacar un indocumentado 25,000 dólares cada uno?  Muy sencillo, el mismo IRS a través de tus declaraciones de impuestos te divide esa cantidad en 15 años y tu pago mensual sería de $ 160 dólares. Estos permisos se podrían renovar hasta llegar a una edad de retiro, digamos de 65 años y se pueden crear mecanismos para fomentar que estas personas pudieran disfrutar de la última etapa de sus vidas en su país de origen.

El efecto inmediato de poner a 11 millones de personas a pagar impuestos sobre la renta,  tener acceso a comprar casa, carro e infinidad de electrónicos y muebles a crédito detonaría la economía sin duda alguna;  consideremos, además, el efecto en el turismo al permitir que estas personas puedan ir a sus países o formar un negocio nuevo aquí y a su vez generar más empleos para ciudadanos americanos -28% de los nuevos negocios son creados por extranjeros en éste país, datos de The Partnership for a New American Economy-

¿Quién gana con una medida así? Casi todos.  Los bancos y financieras que tendrán 11 millones de clientes más a quienes prestar, los fabricantes de autos, constructoras de casas, las aerolíneas y claro, el señor Presidente y su grandísimo ego, que podría pasar a la historia como aquel que hizo para su país el Mejor Negocio del Mundo