El presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza, cayó en lo absurdo al emprender hacer unas semanas una campaña nacional contra la corrupción, estrategia que fue un total fracaso ante la población mexicana.

La gente de este país sabe que el partido más corrupto de México es el PRI, instituto político que fue el impulsor de la corrupción cuando se cimentaban las bases para la creación de las instituciones pública y ante una incipiente democracia.

La campaña del gris priista, quien hace pocos años negó públicamente pertenecer a dicho partido político, no es más que una vil estrategia para intentar no perder más terreno tras los resultados del pasado 5 de junio, en donde el PRI perdió de manera abrumadora la mayoría de las Gubernaturas en juego.

Y sobre todo, por la desgastada imagen del presidente Enrique Peña Nieto cuya desaprobación alcanza el 70 por ciento de la población, situación que permea negativamente en el priismo de cara a las elecciones del 2017 en donde se disputa la joya de la corona, el Estado de México, y más aún, la presidencial del 2018, en donde el tricolor se ubica en tercer lugar en las encuestas, sin ninguna posibilidad de ganar.

En un infructuoso intento por jactarse de honesto y honrado, Ochoa Reza se lanzó contra el líder de MORENA Andrés Manuel López Obrador al acusarlo de corrupto y de falsear en su declaración 3 de 3. Incluso, lanzó a nivel nacional una serie de spots retando al tabasqueño a un debate.

De lo que el señor Ochoa Reza al parecer no se ha dado cuenta, es que su estrategia falló y él se vio como un payaso y un principiante dela política. López Obrador es el político más congruente y honesto de este país, es el luchador social más importante de los últimos 50 años y eso le pesa al ex director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE). Ahora resulta que en el país de la impunidad y la corrupción, los priistas son los ángeles y Obrador el mismo diablo. Los priistas creen que todos son de su condición.

El Karma sin duda existe, y éste, le cobró fractura al señor Ochoa Reza, al descubrirse su liquidación millonaria en la CFE de más de 1.5 millones de pesos. Eso es un monumento a la corrupción y al cinismo.

No hay duda, Ochoa Reza, pasará a la historia como el más mediocre dirigente nacional del PRI y el que no pueda retener el Gobierno Federal en el 2018, cargará sobre su losa la etiqueta de perdedor. En el 2018 no ganará el PRI la Presidencia de la República.