Difusa y vaga se antoja la bandera que ondean los integrantes del #YoSoy132. Imposible resulta determinar a favor de qué o quién o quiénes están los estudiantes. Solamente de manera ambigua se entiende que exigen la democratización de los medios de comunicación y luchan en contra del regreso del Partido Revolucionario Institucional a Los Pinos. Esta última postura se antepone de forma paradójica y antitética al apartidismo que dicen pregonar.

 

El hecho de que el movimiento en cuestión se empeñe, a veces de manera forzada y notoriamente falsa, en planteársele a la ciudadanía como un grupo de jóvenes apartidistas, constituye a mi parecer una virtud y al mismo tiempo un defecto. Virtud porque hacen bien en no prestarse a representar los mezquinos y siniestros intereses de la mayoría de los partidos políticos del país. Sin embargo, al mismo tiempo un defecto, porque a poco más de un mes de que se lleven a cabo las elecciones, y con la enorme posibilidad que se dé el retorno del PRI al Poder Ejecutivo de la Federación, un poco de sensibilidad política y electoral es, en mi opinión, necesaria. Y hasta el momento, el #YoSoy132 no la ha mostrado de forma efusiva y contundente.

 

Por otro lado, y aunque estos jóvenes han hecho todo lo posible por no ser emparentados con otros movimientos, como el de Regeneración Nacional, encabezado por el candidato de las izquierdas, Andrés Manuel López Obrador, sus consignas y exigencias obligan a un sector considerable de la opinión pública a ignorar el “apartidismo” de estos estudiantes y llamarlos lopezobradoristas. Porque no podemos ignorar que aquellos, al igual que estos últimos, invitan a que se presten ciudadanos a fungir como observadores electorales; porque del mismo modo ambos piden que se transmita el segundo debate presidencial por Cadena Nacional; porque los dos se quejan de la manipulación que ejercen la mayoría de los medios de comunicación masiva y que estos pretenden imponer al próximo presidente, Tanto unos como lo otros se pronuncian a favor de la democratización de los medios. Entre otras múltiples y diversas similitudes.

 

Dicho esto, considero que si bien el movimiento estudiantil que se gestó con las protestas de alumnos de la Ibero contra Enrique Peña Nieto durante su visita a esta última, no debe incitar a la gente a que vote por uno u otro candidato o candidata; no obstante, infiero sería importante y necesario que inviten a los indecisos a votar por cualquiera de los aspirantes a la Presidencia de la República que a finales de junio se encuentre en segundo lugar de acuerdo a los resultados de la mayoría de las casas encuestadoras de renombre del país. Consecuentemente, hago un llamado a los estudiantes que conforman el #YoSoy132 a que se hagan de la bandera del voto útil antiPRI, partido vinculado y beneficiado por el sesgo informativo imperante por el cual el movimiento protesta y se moviliza; partido que, se dice, ha investigado a jóvenes que se le oponen; partido que ha cristalizado a lo largo de las décadas la represión, el autoritarismo, el embuste, el hurto y la corrupción.

 

La juventud debe despojarse en este momento de términos medios, pusilanimidades y confusiones. Despertó en la tercera llamada. Todavía hay tiempo. Hoy los jóvenes, el futuro de México, tienen en sus manos la oportunidad de salvar a la nación del regreso del peor de sus pasados. Desde hace décadas los estudiantes no encarnaban potenciales actores determinantes para lograr un cambio en el país. Hoy pueden ser el factor que dé un giro impredecible y sorpresivo al rumbo de las campañas presidenciales. Ojalá y lo aprovechemos.

 

A crear conciencia.