En efecto, Proceso publicó la nota; Reforma, también. Con una diferencia en el tratamiento que ambos medios han dado a la información: mientras Proceso difunde con toda claridad el monto de lo que recibió en publicidad oficial todo el pasado sexenio —11 millones 72 mil pesos—, Reforma oculta los 350 millones de pesos que el gobierno de Enrique Peña Nieto entregó al grupo de diarios (Reforma, El Norte y Mural) propiedad de Alejandro Junco de la Vega.

Es información oficial. La estadística la elaboró la Presidencia de México y la dio al INAI. Es la lista completa de las más de 4 mil empresas a las que compró publicidad la administración de EPN. 

1.- Las mayores televisoras —Televisa, TV Azteca e Imagen TV—, naturalmente, son las compañías mediáticas que recibieron la mayor parte de la publicidad oficial, miles de millones de pesos cada una.

2.- Hubo diarios impresos que recibieron más de mil millones de pesos cada uno: El Universal, Excélsior y El Sol de México.

3.- Una radiodifusora, Radio Fórmula, también recibió más de mil millones de pesos.

4.- Otras radiodifusoras (Núcleo Radio Mil, Radiorama, Grupo Radio Centro y Stereorey) se llevaron más de 500 millones de pesos cada una.

5.- En la lista hay medios con más de 300 millones de pesos: Milenio Diario, Multimedios (del mismo grupo que Milenio), La Jornada, El Financiero, La Crónica y Grupo Acir... y ¡Reforma, con sus 350 millones de pesos!

6.- Al final de la lista que publica Proceso aparece Periódico Digital Sendero (“operadora de los portales SDP Noticias y El Deforma”) con 152 millones.

El diario Reforma da la misma información, pero a diferencia de Proceso —que recibió poco más de 11 millones de pesos— esconde lo que le tocó durante todo el sexenio: los 350 millones que Enrique Peña Nieto le dio a Alejandro Junco.

Digo que “Peña Nieto le dio dinero” al señor Junco porque ese fue el tratamiento que Reforma usó en la primera lista —incompleta y tramposa— de “periodistas chayoteros”.

Hago un llamado a que, de una vez por todas, (a) se evite en definitiva incurrir en el vicio de divulgar y promover información incompleta, parcial, perversa y tendenciosa, y (b) las autoridades, pero también los propios medios de comunicación, se comprometan a realizar un análisis serio y a prueba de balas de la rentabilidad del gasto en publicidad oficial, esto es, una simple comparación de los montos de inversión con las audiencias efectivas de cada grupo empresarial. El pueblo de México se lo merece.