Lo más sorprendente de la actitud mostrada por el presidente Andrés Manuel López Obrador al resistirse a reconocer el desenlace electoral en EU -cautela dicen unos, vacilación otros-, es que todo apunta a que su apuesta personal era por la reelección de Trump.

Sólo de esa manera se entendería por qué el presidente AMLO optó por justificar su desazón con el recurso de esperar a que se agoten los recursos legales en un proceso que pinta como una derrota contundente e inobjetable para el trumpismo.

En contraste con el reconocimiento que el concierto mundial obsequió a las elecciones democráticas del país más poderoso del mundo, la posición del gobierno mexicano apoyando el proceso de judicialización de Trump es un sinsentido. ¿Pero qué necesidad? Diría Juanga.

Vaya, hasta el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez @DiasCanelB reconoció la decisión del pueblo de EU de optar por un nuevo rumbo y apostó por la construcción de una nueva relación respetuosa de las diferencias.

La respuesta del gobierno mexicano fue parte de la comidilla internacional. Para todos ha sido muy evidente el trato que Trump ha dado a la administración del presidente López Obrador a quien sólo le reconoce haber destinado miles de elementos de la Guardia Nacional para hacer la labor de contención de la inmigración hacia Estados Unidos; así estamos pagando el muro. Y ni qué decir del T-MEC, negociado al gusto del señor Trump.

Algo peor es que el gobierno de EU no le tiene confianza al gobierno mexicano.

La detención del ex secretario de la Defensa, general Salvador Cienfuegos se hizo a espaldas de las autoridades mexicanas y no es volada, tuvieron que pasar dos semanas para que el canciller Marcelo Ebrard expresara su “profundo descontento” porque no los tomaron en cuenta.

Al señor Trump le quedan dos meses como presidente pero el nuevo gobierno del demócrata Jo Biden, terminará en el año 2024, meses después de las elecciones presidenciales en México.

Nunca nos imaginamos este contraste, con uno muy obsequioso y con otro poniéndose sus moños.

Debe ser muy difícil para el canciller Marcelo Ebrard intentar convencer a #YaSabenQuién de lanzar una señal consecuente con la realidad y dar paso a la reconstrucción de las relaciones con el país más poderoso de la tierra. Que no le hagan caso debe ser terrible. ¿A quién escucha AMLO?

Es claro que al señor Trump no le interesa reconocer el triunfo legal de Jo Biden. Sus gritos en redes sociales lo demostraron pues pasó de reclamo de “paren de contar”, al “Gané esta elección, por mucho”. Y nada más ambiguo que la afirmación de que “Sucedieron cosas malas que nuestros observadores no pudieron ver”.

Lo que no se sabe es si Trump cumplirá su promesa de irse a vivir a otro país. Con que no se al rancho de AMLO, dirían los chinchorreros.

Trump cubrió de sospechosismo la vocación democrática de un pueblo y dividió a los estadounidenses, convirtiéndolo en un mal ejemplo a seguir.

¿Cuánto nos costará a los mexicanos la lealtad mal entendida con Trump?

En estos tiempos de incertidumbre, la diplomacia enseña que hay que tejer fino, siempre y cuando no sean tapetes.

Columnómetro del Aquiles Baeza.

1.- El Club de los toficos de la 4T.

Los chismosos, que nunca faltan como el pelo en la sopa, dicen que hay políticos que cruzan el pantano y salen irreconocibles.

Uno de los personajes envueltos en estos chismes es el michoacano Germán Martínez Cázares, el ex dirigente nacional del PAN que dio un salto triple hasta caer en Morena.

Sus detractores aseguran que al iniciar el sexenio de Felipe Calderón, en 2006, don Germán no tenía casas ni automóviles, contaba con una cuenta bancaria de 750 mil pesos, 250 mil pesos de un a pintura y 1 millón de pesos en accesorios y muebles de casa, según su declaración patrimonial.

Don Germán andaba como fraile franciscano, pues no declaró casas ni automóviles. Fue titular de la SFP al inicio del sexenio, pero dejó el cargo en septiembre de 2007. En la dirigencia nacional del PAN, sólo estuvo año y medio, de diciembre del 2007 a julio de 2009.

Pero como los milagros si existen para 2010 ya tenía una casa de más de 500 metros cuadrados en San Ángel Inn, que declaró cuando fue designado director del IMSS, así como cuatro automóviles.

A dos Germán le queda bien eso de formar parte del "Club de los toficos" -como el señor Bartlett-, pues se identifica con los famosos chiclosos de los años sesenta cuyo lema era ¡Hummm qué ricos!

2.- Los gobernadores de la Alianza Federalista tiene una semana para intensificar sus cabildeos, antes de que se apruebe el PEF 2021 y lograr lo que parece imposible, que el gobierno federal modere sus negras intenciones de seguir recortando la cobija de las participaciones a los estados.

3.- Los veracruzanos levantaron la mano pues suman 13 municipios afectados por las lluvias. En redes sociales @Mar_Morales le preguntó a @lopezobrador_ ¿Cuándo viene a sobrevolar en helicóptero como en #Tabasco? Las personas igual necesitan de su ayuda.

4.- Prueba de fuego a los políticos machirrines.

A ver en qué termina la resolución del INE que obliga a los partidos a proponer al menos a siete mujeres de las 15 candidaturas a gubernaturas del próximo año.

Los grupos parlamentarios del Senado, encabezados por Ricardo Monreal, acusaron al INE de asumir funciones que no le corresponden y prometieron llevar el caso a tribunales.

Los más conservadores en este tema son los integrantes de Morena y del PAN, aunque usted no lo crea, mientras que PRD y PRI prometieron no meterse.

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