Sin duda que el peso ha mantenido un comportamiento estable con la política de transición que México vive después de las elecciones recientes, donde Andrés Manuel López Obrador resultó ganador.

Los gringos magnates y Trump, no ven con buenos ojos que la economía de México y sobre todo la moneda se fortalezca en el mercado de los negocios y la política. Los gringos odian la competencia económica monetaria, eso representaría un trato diferente e igualitario con México (algo así como a Canadá), también representa para México la libertad económica y política para ampliar su mercado y comercio con otros países.

La unidad de los mexicanos es un muro contra las políticas económicas que ofrecen los gringos. Los nuevos gobiernos y el sistema político deben velar por esa unidad, unidad para el bienestar de sus trabajadores, unidad en salarios por horas como el sistema gringo y Canadá.  Cuando los inversionistas y políticos mexicanos entiendan la verdadera unidad, solo así México crecerá.

Empero, cuando los gobiernos, políticos y empresarios industriales, solo forman leyes para sus intereses y robar a la nación, se pierde esa unidad nacional, por tanto, el peso y la economía se debilita.

Tomas Jefferson, dijo: “El espíritu egoísta del comercio no reconoce patria ni siente ninguna pasión o principio salvo el del lucro”.

Hacer a un lado el egoísmo para dar cabida al espíritu de la unidad del bien común, en mejoras laborales, salarios de acuerdo con el TLC por horas, leyes e instituciones que respeten y protejan la dignidad del trabajador, fortalecerán el peso y la economía mexicana.

Un Derecho para todos y todos por un derecho.